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                                    ǝɹǝɥ ʇnɔ⤴

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∆Cap Anterior∆

Me encontraba caminando a casa de nuevo, pero ya no me encontraba solo, tenía la presencia de mi mejor amigo, Jin. Hasta que sentí una presencia tras de mí. . .

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— Con que te escondidas de mí, niño. Incrédulo — dijo bajando la voz en la última palabra. Di media vuelta y miré a aquel chico fijamente, yo no era una persona muy amable, ni muy cálida, así que puedes esperar lo peor de mi.


— Lárgate — dije rodando los ojos. El chico se acercó a mí y tomó el cuello de mi uniforme. Tomé su mano y patee su espinilla con mi pie derecho, a lo que aquel molesto chico retrocedió adolorido — Te he dicho que te largues! — elevé la voz


— No me cansaré, no me rendiré hasta que estés muerto, ¡¿Escuchaste eso?! ¡Min Yoongi! ¡¡Date por muerto!! — gritó para dar media vuelta e irse sin más. Sonreí victorioso, siempre le ganaba a ese idiota


«No te confíes, chico rudo. Aquél que apoya el mal, el mal lo respalda» escuché la voz de Jin en mi cabeza, pero sólo lo ignore y retomé el camino a casa, lo único que quería hacer era tirarme en mi sofá favorito, mientras escuchaba un poco de Rap, o algo por el estilo, pero algo me decía que no podía ser así, que esa era sólo una idea errónea, un fantasía que me daban todos los días, y al final terminaba por pelear en un lugar equis, por todas partes de la ciudad, o por lo menos así fue desde que la mitad de Jin desapareció. Soy pésimo para conseguir trabajo y aproveché mis momentos de peleas en la juventud y comencé a entrenar y mi casa se convirtió en un mini Gym donde no tenía que pagar una tarifa exagerada de dinero cada que se les pegaba su maldita gana.

Recibí un mensaje de mi "entrenador" para mis peleas, un chico que se veía exageradamente tierno a kilómetros, incluso ciudades lejos. Ese chico vomitaba ternura


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Cuando llegué a casa aproveché a que Jimin aún no llegaba y me tiré en el sillón, haciendo un ruido que inundó la sola casa. «Por fin, tranquilidad» pensé mientras mis ojos se cerraban de poco a poco, hasta que unos ruidos provenientes de la puerta principal retumbaron en mis oídos «Maldición! Jimin! No podías tardar un poco más!?» pensé. Me levanté con la mayor flojera del mundo y abrí la puerta mirando a un Jimin distinto al de otros días. Ahora no era el bebé de mamá, ahora usaba una playera suelta blanca con chamarra y pantalón negro de cuero, junto con sus botas militares, igualmente negras y sus lentes obscuros, ahora se veía como el típico chico malo con su rostro sin expresión, igual o peor que el mío. Hasta que toda su "maldad" se fué cuando soltó una carcajada.

ɨиƒɨиɨтє ℓɨє  (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora