Te gusta mi mundo? ( Bill y tú )

Capítulo 3

Narra Tn:

Una semana. Una puta semana es lo que llevo en este lugar. Apenas puedo con las "torturas" y mis energías de a poco se acaba. Lo "bueno" es que ese demonio parlanchín me da un chocolate cada vez que completo alguno de sus retos, eso sube mis energías.

Estaba recargada en la pared de mi celda, descansando. Ese día había sido duro y lo único que quería era ir a mi propio mundo de los sueños, aunque lo único que tenía eran pesadillas. Pesadillas en donde fallaba, donde moría, pero moría feliz. Nunca he entendido mis sueños, simplemente los disfruto y agradezco tenerlos, otras veces no sueño nada y lo único que logro presenciar es esa inmensa e infinita obscuridad. Me apoyé en mis brazos y cerré mis ojos, llevándome a mi misma a un mundo de fantasía y recuerdos.

Corría por enormes pasillos, sin ninguna puerta o cuarto, con una expresión de preocupación y miedo. Hasta que de a poco se fue convirtiendo en un hermoso campo o, más bien, bosque. Mi expresión cambió a una de alegría y diversión mientras corría por el bosque descalza, con un pequeño vestido blanco, perfecto para mi edad tan joven. A lo lejos podía ver una cabaña.

Era mi hogar

Traté de llegar a la perilla, pero antes de abrirla...

Desperté.

Miré a mi alrededor confundida y de inmediato los recuerdos vinieron a mi. Mi expresión pasó de una confundida a una seria y solo volteé a ver los horribles barrotes amarillos, me paré y me acerqué a ellos mirándolos fijamente. Bill tenía ojos por todas partes, no eran cámaras pero se parecían mucho, tipo puertas de Little Nightmares.

Me senté en una pose de meditación y cerré mis ojos, necesitaba mantener la calma y pensar con claridad y de cierta forma esto me ayuda a relajarme. Se abrieron las puertas principales, abrí los ojos con confusión. Me abrieron la celda y me levantaron poniéndome las esposas y sacándome de mi celda, dos monstruos horrendos, lacayos de Bill Cipher. Nunca me di cuenta del transcurso del tiempo, me llevaron a la habitación de torturas, habían empezado con la tortura física hace dos días, ya que el otro tipo de tortura no funcionaba conmigo. Como siempre, el dorito de un solo ojo me observaba desde la distancia con su estúpida sonrisa malvada, siempre intentando a que yo emitiera algún ruido, pero yo nunca cedería ante su crueldad ni ante sus jodidos caprichos.
Me pusieron en una loza de metal y me encadenaron a ella, jalaron una palanca y la maquinaría empezó a emitir horribles ruidos mientras mis cadenas me iban jalando las muñecas y los tobillos, trataba de no gritar ya que estaría cediendo frente a Bill y eso nunca lo permitiría. Con mucha de mi fuerza jale la cadena derecha, avereando la maquina, con mi pazador abrí mis cadenas y salí de ahí jadeando de la desesperación.

- ¿Quién le dejo sus pasadores otra vez? - Dijo el demonio, mirando irritado a sus fieles sirvientes y seguidores. Yo sonreí con satisfacción y me paré, prepare mis manos y toqué su hombro, llamando su atención.

-Nunca te vas a deshacer de mí tan fácil. Siempre encontré la forma de salvarme. -Señalé con una sonrisa cínica. Él me sonrió con desdén y me dió mi merecido chocolate, el cual comí al instante con desesperación, pera esta vez el horrible demonio me ofreció su mano sonriéndome juguetón. Yo no supe como reaccionar, eso era algo totalmente inesperado y aunque al principió me negué y resistí, la tomé con asco. Él me jaló hacia su rostro y me susurró en el oído.

-Tenemos a todo tu grupo como rehenes, aún no les hacemos nada pero si no aceptas cenar conmigo, todos morirán. - Dijo chasqueando sus dedos y un portal se abrió, dejando ver a mi gente haciendo su vida y tratando de apoyarse con los pocos recursos. Mi cara hizo una mueca de impotencia y al final solo asentí con la cabeza. Se separó de mí y los monstruos me pusieron las esposas y me sacaron de aquella habitación. El hombre rubio solo se quedo ahí parado.