Agridulce

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— Bittersweet.




—¿Porqué estás aquí? —La voz del chico de cabello naranja sacó a Jaehyun de sus pensamientos.


Ni siquiera él mismo sabía que hacía ahí. Simplemente lo notó a la distancia, sentado en la arena y caminó hasta donde se encontraba, sin darse mucha cuenta. Le pareció que su cabello realmente combinaba con el color del atardecer, y casi de inmediato a su mente la palabra « sublime » llegó tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de cuestionarse lo raro que era eso.


Ante su silencio el chico con cara de conejo volvió a hablar.


—¿Qué? ¿Aún no tienes suficiente de molestarme? —Volvió a hablar, pero en ningún momento alzó su mirada para verle. Jaehyun se encontraba de pie a sus espaldas.


Extraño. Doyoung sabía que se trataba de él sin siquiera mirarlo.


—Impresionante. Saber que soy yo quien está detrás de ti...


—Tus pasos son inconfundibles —aseguró rápidamente— aun cuando la arena sea suave, también transmite esa sensación del peso de tus pisadas ligeras, tal y como lo hace el asfalto...


Jaehyun se quedó en silencio, procesando las palabras del mayor. Una fresca brisa acarició su rostro, trayendo con ella suaves olas que rompían espumosas y ligeras cerca de los pies descalzos de Doyoung. El ruido del agua se llevó el que hizo su respiración al emitir un profundo suspiro.


—Eres un bicho raro. No me cansaré de decirlo —dijo con una voz burlona y ácida, claramente burlándose del mayor que vestía con una playera color rosa.


—Ignora mi presencia. Vete, y finge que no me viste. Dame un momento de tranquilidad. Dame un respiro.


Las manos de Doyoung se hicieron puños y su voz parecía querer quebrarse. Jaehyun sabía que se trataba de frustración. También sabía que era muy acosado; no había nadie en el pueblo que no apuntara y juzgara a Doyoung. Otros más lo insultaban y trataban de hacerle daño. Así como él.


—Te daré tu maldito respiro —dejó salir un chasquido, lleno de fastidio.


A su vista no pasó desapercibida la relajación casi instantánea de Doyoung. Sus hombros tensos cayeron como si se hubieran liberado de un gran peso invisible que todo ese tiempo había llevado encima. Entonces segundos después el castaño tomó asiento a su lado, sin dejar de ver al horizonte.


Sintió la mirada del contrario sobre el, aunque no hubiera movido tampoco su cabeza ni un centímetro. Pero sabía que lo hacía por el rabillo del ojos.


Dejándose de tonterías volteó para verlo de una vez, captando el rápido moviento su pupila. Había acertado, Doyoung le miraba por el rabillo del ojo todo ése tiempo. De su garganta salió un vestigio de risa, que provocó que su acompañante alzara una ceja. Y que sus pupilas, esas que eran rodeadas por una iris casi tan oscura como su centro, volvieran a mirarle y desviarse tan veloz que, si no estuviera tan atento, no se habría dado cuenta.


Aquello le causo mucha gracia, sin duda.


—Tienes ojos de conejo —comentó de la nada, mirando con atención sus rasgos. Luego agregó— una mirada ansiosa que va a todos lados. Un tanto psicótica, digno de un bicho raro como tu, Dongs.


La expresión de Doyoung fue de sorpresa. O al menos así lo tomó Jaehyun, pues abrió sus ojos como platos mientras observaba sus manos con sumo interés.


—Pensé que me darías un respiro —le dijo. Más sin embargo no se veía tenso o incómodo. Su mirada iba ansiosa de Jaehyun a sus manos.


Ésta vez Jaehyun se tomó la libertad de reír.


—Tienes razón... entonces...


Doyoung esperó pacientemente, entre aquella tregua, silenciosamente pactada.



—Bicho raro... será mejor llamarte conejo raro, ¿no?


De nuevo la sorpresa - o la confusión golpeó los rasgos del mayor. Un rubor cubrió sus mejillas y por fin encaró al castaño, quien tenía una expresión indescifrable en su rostro. Una mirada profunda e indescifrable que estremeció a Doyoung. Parecía como si estuviera cruzando por un conflicto interior, una lucha mental.


Jaehyun hizo una mueca y se levantó, sacudiendo la arena de sus pantalones. Luego se alejó a pasos lentos.


No sin antes acariciar los mechones naranjas que se movían por la brisa del mar.

Dejando en Doyoung una sensación dulce.








• Improbable » jaedo / dojaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora