- Capitulo I
Aquel día era un sábado como cualquier otro que hubiera pasado.La joven Lindsay se había levantado temprano, para efectuar las tareas hogareñas de siempre. Después de terminar su tareas, a eso de las 2, se dedico a buscaralgo en su armario con que vestirse para salir con sus amigas y distraerse un rato.Opto, finalmente, por unos jeans ajustados, una blusa blanca y una chaqueta de cuero color café encima. Se calzo con unas zapatillas de piso color piel y termino con su maquillaje. Resalto sus ojos verdes y sus labios rosados. Su cabello lo dejo al natural, formando unas leves ondas en la cabellera color miel.
–Adiós, mamá –grito antes de salir. Cerró la puerta de su casa y corrió al auto de su amiga, Katie.
Fue una salida ordinaria, no hizo nada fuera de lo común. Como siempre,iban por un café a Starbucks, charlaban sobre cualquier tontería durante horas y después paseaban por la ciudad en el nuevo beatle de la mayor de las chicas. Los minutos corrieron como el agua de un pequeño rio,el tiempo paso rápido, pero las chicas no se percataron de ello, estaban concentradas en distraerse un rato, y lo merecían. El colegio las tenia al borde con tantos exámenes y pruebas.
Después de pasar un buen rato con sus amigas, Lindsay regreso a su casa, despreocupada, sin remordimientos acerca de lo que pudiese pasar. Entro a su casa, sin esperarse la extraña noticia que sus padres le darían.
–Hija, ¡Qué bueno que estés bien! –dijo su madre brindándole un fuerte abrazo maternal.
– ¿De qué hablas, mama? –Pregunto la joven confundida, frunciendo el ceño–. Solo salí con las chicas.
–Lo sé, hija. Pero han pasado cosas muy extrañas en la ciudad.
– ¿Por ejemplo? –la castaña incitó a sus padres para que hablaran, levantando un poco ambas cejas..
Su padre simplemente se dirigió a la TV y la encendió. En la pantalla de esta se podía presenciar una imagen (de muy mala calidad) la cual fue tomada en un sembradío a las afueras de la ciudad, ya simple vista, solo parecíanser matorrales comunes y más lejos un extenso sembradío de maíz. Pero al fondo y a la izquierda, se podía distinguir del paisaje una extraña silueta,parecida a la de un hombre muy alto encorvado y con los brazos largos. Las piernas eran igual de fornidas y largas,más que los brazos. Parecía un gigante, del tamaño de dos hombres de tamaño promedio. No se podía ver la cara, ya que la silueta estaba lejos y de espaldas. Esta criatura desconocida se erguía de repente, y luego se volvía a encorvar, como si estuviese escondiéndose
El escalofrío le recorrió la espalda a Lindsay, aquella imagen le daban cosquilleos en la piel, y al mismo tiempo algo de curiosidad. ¿Que era esa cosa? ¿Sería un bromista? O, ¿en realidad estaban viendo a una criatura desconocida?
El conductor del noticierohablaba sobre las diferentes ocasiones en las que se habían encontrado con esas criaturas, que a juzgar por su apariencia y habilidades, no eran seres humanos ni animales.
Este hombre informaba a los televidentes que mantuvieran la calma, y siguieran su vida ordinaria como lo hacían diariamente, ya que llas autoridades en conjunto con los mejores científicos del mundo estaban investigando sobre el tema.
–No volverás a salir sola –dijo la madre de Lindsay cuando termino el reportaje.
–Pero, ¿Por qué? ¡No me pasara nada! –la joven comenzó a alterarse, girando hacia su madre.
–Calma, hija –dijo su padre–. Nosotros seguiremos con nuestra vida normal, hasta que confirmen si esas criaturas son reales y peligrosas, ¿Entendido?
–Sí, papá –asintió ella.
Los días pasaron con mucha naturalidad, el sol salía y se ocultaba, la luna iluminaba la noche con sus acompañantes, las estrellas. La gente salía a sus empleos, atendían sus negocios en el comercio, las madres atendiendo sus deberes hogareños, los niños en la escuela, pero estando alertas. Daba la ligera impresión de que esa noticia o reportaje sobre esas criaturas desconocidas nunca hubiese sido vista.
El lunes ya estaba llegando a su culminación, después de clases, Lindsay se despidió de su mejor amiga, Lucy, y se fue a casa caminando.
Siempre se iba por el camino más corto, para llegar a casa rápido, pero esta vez decidió tomar el camino largo, a fin de cuentas no tenía prisa. Además, algo en su interior le decía que se fuera por el camino más largo y que atravesara el parque para llegar a casa. Inconscientemente, ellaobedeció.
El sol estaba a punto de ocultarse, por lo que el parque estaba iluminado con tonalidades naranjas, las nubes parecían algodones de azúcar de color naranja, rojo, amarillo y un poco de morado. Lindsay ya había caminado un tramo hasta llegar al parque, no había alma alguna en el lugar, lo que a ella le pareció extraño ya que allí siempre había gente, personas ejercitándose y niños jugando. De pronto recordó que a esa hora, la gente empezaba a recogerse a sus hogares para no encontrarse con esas "bestias". Mas a Lindsay no le importó, se sentía feliz sin razón alguna, aparentemente.
A causa del otoño, las hojas caían de las ramas de los árboles, creandoasí una lluvia de hojas cafés, naranjas y amarillas.
Lindsay giro la vista hacia un lado, e inesperadamente sintió un movimiento en el estómago(mariposas, dirían algunos). A menos de un metro estaba un chico parado. Se encontraba de espaldas, por lo que Lindsay pudo notar sus bien trabajados brazos y ancha espalda sobre la fina tela de la camisa roja.
La chica aceleró el paso, y cuando estaba al parejo del chico, lo observomás detalladamente. Su cabello suficientemente largo hacia cubrir la parte superior de las orejas (mas no el mentón) era negro, negro como la noche, tan negro que llegaba a parecer azul oscuro. Su cabello contrastaba a la perfección con su piel blanca.
El se giro hacia la dirección de ella levantando la mirada, sus ojos se encontraron mutuamente y Lindsay pudo contemplar los ojos azules del muchacho apuesto que la miraba. Eran azules como el mar, azules...perfectos.
En el momento en que sus miradas se encontraron, ella se sintió aún más feliz de lo que estaba y llena de vida, aunque no sabía porque. Ella no conocía al muchacho, pero este la hizo sentir en aquel momento feliz con tan solo dedicarle una mirada, se sintió como si hubiera encontrado algo que tenía años buscando. Como cuando un niño encuentra su juguete favorito después de haberlo buscado por tanto tiempo.
Lindsay, inconscientemente, esbozo una leve sonrisa y siguió caminando a casa. Devolvió la vista al camino, pero sin poder quitar de su rostro esa alegre sonrisa,y sin poder remover de su mente la imagen del rostro de aquel guapo y misterioso chico.
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"Hasta Encontrarte"
Romance¿Que pasaría si un día como cualquier otro conocieras a un chico? Pero no un chico cualquiera, uno que te hace sentir miles de sensaciones con solo mirar sus ojos. Da miedo, si. Pero es una increíble sensación. Y, ¿como reaccionarias si una extraña...