Clase de Aritmancia

Clase 11: El poder de la utilización del lenguaje

Cómo utilizamos el lenguaje dice mucho de nosotros: aquello que queremos, nuestras carencias, nuestras inseguridades, nuestros miedos, lo que queremos... Lo dice, dice muchas cosas de nosotros, somos el resultado de nuestro lenguaje y la utilización del mismo es el que nos define. Desde un punto de vista externo, cuando en muchas ocasiones se escucha a alguien hablar, somos capaces de percibir realmente cuál es el problema de esa persona, evidentemente en ocasiones nos lo callamos por discreción. Así me ocurre, por ejemplo, cuando recibo muchas lechuzas vuestras y puedo ver que alguno de vosotros tenéis realmente un problema de fondo que os gustaría solucionar y que se ve nítida mente dentro de las palabras.

Al principio fue 'el verbo' y esa forma de expresarlo, cuando los libros sagrados dicen que lo primero fue el verbo, el acto o el hecho, es lo que sucede cuando hablamos. Cuando hablamos creamos verbo y creamos UNA REALIDAD que PUEDE SER, ES, O FUE, eso es lo que ocurre.

Pero no nos vamos a ceñir a esa utilización del lenguaje, nos centraremos más en los nombres. En pocas ocasiones he tenido la oportunidad de escuchar apodos de personas o seudónimos donde utilizan palabras tales como 'tontillo' o 'gordillo' o 'feillo', realmente esos apodos que acabo de decir no existen, pero estoy diciendo unos ejemplos para que evaluéis qué perfil se puede encontrar ahí de esa persona. NO utilicéis ese tipo de etiquetados porque estáis creando UNA REALIDAD, y es así. Os pondré un par de anécdotas

Ejemplos

En una ocasión tuve la oportunidad de conocer, hace muchos años, a una alumna de Gryffindor que era capaz de hacer muchísimas piruetas en quidditch, la chica en todos los partidos giraba con su escoba para cazar la quaffle con total habilidad ¿Sabéis cómo se apellidaba? Spinnet, un apellido que viene de las palabras 'Spin' y 'Net', que significan 'giro' y 'neto', es decir 'giros bien definidos'.

En otra ocasión tuve la oportunidad de conocer a una gata que estaba hecho polvo, había sufrido bastantes accidentes, sobre todo en su infancia cuando era un gatita pequeña. Parece ser que le había pasado absolutamente de todo, estaba llena de heridas, llena de enfermedades, tenía un montón de parásitos... el anterior dueño de esa gata le había llamado Hela y evidentemente con ese nombre lo único que le podía ocurrir es que se estaba acercando a la muerte, como el nombre de de la diosa nórdica de la muerte. Lo primero que hizo el nuevo dueño fue rebautizarla, le dio un nombre diferente, sin sentido para un gato y es Señora Norris. Esa gata con el paso del tiempo se fue recuperando y actualmente se encuentra en una situación excelente, de hecho, ese nombre es de humano y ha causado que la gata adquiera muchísima personalidad e inteligencia como la de un humano.

Hay más casos, os puedo decir ejemplos que os pueden resultar hasta curiosos, quizás conozcáis un montón de ellas y si las conocéis estará bien saberlo. Son anécdotas, seguro que conocéis algunas cuantas, alguna persona que tiene un nombre concreto o un apellido concreto y esa persona es de esa manera, de hecho hay antiguas civilizaciones, antiguas y milenarias culturas, como la de los indios mesoamericanos: ellos decían que el 'nombre secreto' no se lo entregaban a nadie porque de ese modo evitarían que pudiese ser utilizado en su contra, no era entregado a a aquellos que no eran sus amigos.

Otros ejemplo es el de la antigua directora Minerva Mcgonagall, cuyo nombre hace alusión a la diosa romana de la sabiduría y técnicas intelectuales, pero desgraciadamente su apellido no estaba a su favor ya que viene de las palabras 'gonna gall' es decir 'va a amargarse' y de hecho, eso fue lo que le ocurrió en vida.

Conclusión

Con esto, llegamos a la conclusión de que no solo es importante que un nombre quede bonito o guay, o hacer coincidir las letras para que dé unas proporciones específicas en núcleos esenciales, sino que haciendo uso del Poder De la Utilización Del Lenguaje conseguiremos en cierta manera, crear una realidad hacia nosotros mismos; estamos usando en este caso, la 'esencia' de las palabras, algo que es muchísimo más importante y mágico que 'hacer trampas' para tener unas proporciones u otras. Por más que nos cambiemos el nombre no conseguiremos cambiar nuestros núcleos esenciales de nacimiento porque con esos hemos nacido y con esos nos quedamos, la esencia se puede manejar, pero no modificar.