Capítulo I: Marcus

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  El joven de cabello castaño y ojos azules se encontraba sentado en una banca del patio central del campus, tenía un libro de química en sus manos que leía en silencio bajo la sombra de un árbol...

  Eran aproximadamente las 10 de la mañana y hacía un clima fresco y favorable para salir a hacer algún deporte o para hacer un picnic... o alguna actividad al aire libre... sin embargo Marcus estaba ahí, estudiando para no reprobar el examen final que tendría en una hora aproximadamente y para el cual no estaba para nada preparado...

  Nunca se le han dado bien los estudios y es que... ¿Para qué?... no pensaba ir a una universidad o algo por el estilo, posiblemente terminaría con un trabajo más simple que no requiriera de estudios universitarios como panadero o recoge latas... la verdad es que pensar en eso no le importaba mucho... tampoco se le daban bien los deportes así que a no ser que la flojera sea un deporte olímpico seguramente no vaya a practicar ninguno por trabajo... tampoco tenía muchos amigos ni era muy popular así que probablemente no lo recuerden la mayoría de sus compañeros de clases o profesores cuando se gradúe... si es que lo hacía, porque por el camino que iba estaba cuesta arriba que terminara siquiera la prepa...

  En conclusión era un bueno para nada sin futuro... o eso creía él, ya que al ser descendiente de Hércules, el destino le tenía algo preparado... a pesar de lo mal que le iba en la vida y en el amor Marcus es un buen chico de gran corazón, sin vicios, valiente y con agallas para merterse de cabeza en grandes problemas, sin embargo se metía en esos problemas por causas nobles...

  Finalmente sonó la campana y le tocaba ir a presentar el examen para el que no sabía prácticamente nada...

  —mierda... es todo... reprobare y tendré que repetir año... y posiblemente nunca me llegue a graduar...— pensó el chico en voz alta antes de guardar su libro y proceder a entrar a clases...

  Como era de esperarse no le fue muy bien en el examen, pero a él pareció no importarle demasiado, pasar a duras penas era un logro para él así que caminaba a casa alegre mientras admiraba el examen, las clases ya habían acabado y para llegar a casa le tocaba pasar por una zona de no muy buena fama en la ciudad, así que tal vez estar más atento de su alrededor y no de su mediocre calificación sería mejor idea, idea que nisiquiera se cruzó por su cabeza...

  Luego de caminar por un rato empezó a llover así que guardo el examen en su mochila para que no se estropease, luego escucho un ruido en un callejón así que se acercó a chismosear un poco (por eso es que la curiosidad mató al gato) al asomarse por el callejón vio a dos sujetos con capucha que estaban asaltando a un joven, uno de ellos tenía una pistola, el otro solo tenía una navaja... Marcus no conocía a ninguno de los tres pero simplemente odia ver que algo malo esta pasando y no hacer nada al respecto, hace que su estómago se retuerza y se sienta horrible... por eso se mete en tantos problemas siempre...

  Marcus poco o casi nada sabía de pelear y su fuerza no era mucha, tampoco era el más rápido ni Atlético, pero tal era su gran idiotez o su buen corazón, el llamado de la justicia y su valentía lo que lo impulsaron a intervenir en el asalto...

—Lo repetiré por última vez... dame todo lo que tienes o sino...— el encapuchado que sostenía la pistola en la boca de la asustada víctima fue interrumpido por Marcus quien colocando la mano en su hombro y con una voz calmada dijo...

— Dejalo...— el silencio inundó el callejón atrayendo la atención de los dos encapuchados hacía Marcus...

— ¿O qué?... ¿Acaso tú vas a detenernos?...— ambos encapuchados rieron por lo bajo y el que tenía el arma la quitó de la boca del otro chico para apuntarla hacía Marcus... —será mejor que me des tu teléfono ahora mism...— Marcus lo interrumpió tomando la muñeca del encapuchado con la que sostenía el arma haciendo que éste la apuntara hacia el suelo y dando un cabezazo en la cara que lo dejó desorientado...

  Aprovechando la distracción el otro chico huyó sin mirar atrás abandonando a Marcus ahí contra esos dos... el otro encapuchado intentó apuñalar a Marcus con su navaja y éste intentó evitarlo frenando su mano, cosa que le salió mal pues lo único que consiguió fue clavarse la navaja en la mano, empezando a salir sangre de ésta y haciéndolo gritar de dolor dejando una brecha abierta en su defensa que aprovechó el encapuchado para darle un puñetazo en la cara, tomar su cabeza por la nuca tirando de su cabello además y bajar su cabeza para golpearla contra su rodilla y luego soltar la navaja para darle una patada que lo hizo caer de espaldas retrocediendo...

—agh... maldito bastardo...— gruñó Marcus tirado en el suelo con la mano atravesada por una navaja y la nariz sangrando, no estaba rota pero siempre ha sido muy sensible su nariz y se pone a sangrar por casi nada...

— ¿Que sucede héroe?... habías empezado bien... pero parece que lo que tienes de valiente lo tienes de débil...— dijo el encapuchado con la pistola el cual sostenía su nariz la cual si estaba rota por el cabezazo que le dio Marcus y enojado por esto apuntó su pistola contra él...

  Marcus rápidamente se abalanzó contra él esquivando el balazo por los pelos, el cual apenas rozó sus costillas y Marcus empezó a golpearlo con todo lo que tenía, pero eran dos contra uno y ambos estaban armados así que no pasó mucho antes de qué los encapuchados lo dejaran noqueado...

  Éste pudo haber sido el fin para él de no ser que la policía llegó justo a tiempo para perseguir a los encapuchados los cuales se dieron a la fuga, tal parece que el chico de antes los llamó...

  Marcus despertó en una camilla del hospital, sus heridas no eran tan graves así que le dieron de alta rápido...

  Finalmente llegó a casa con la mano vendada, algunos moretones y algunas vendas por la cara...

  —Hola ma, ya llegué... ¿Que hay para la cena?...— dijo el chico intentando pasar rápido hacía su cuarto para que su madre no viera las heridas que cargaba...

— ¿Por qué llegas tan tarde?...— preguntó la madre caminando desde la cocina hacia el pasillo...

— había tráfico...— el joven al escuchar los pasos de su madre se apresuró para intentar no cruzarcela, cosa que no le salió muy bien porque terminó encontrándosela de frente...

—pero si te vienes caminan...— al verlo herido cambió su tono a uno de enojo y a la vez preocupación — ¿Qué fue lo que te pasó esta vez?... otra pelea ¿No es así?... ¿Por qué siempre tienes que meterte en problemas?... ¿Que tan difícil es para ti obviar lo que pasa?...

— no lo entenderías mamá... es como si la justicia me llamará, no puedo simplemente ignorarlo... cuando veo problemas no puedo simplemente hacer como que no pasa nada... estaban asaltando a ese chico... y yo solo quise ayudarlo...

— eres igual a tu padre...— la madre suspiró y luego tiró a Marcus de la oreja —la próxima vez que te metas en una pelea de esas recibirás la paliza doblemente... por otro lado... me alegra que estés bien... anda a lavarte, la cena ya está lista...— soltó la oreja del chico y se fue a la cocina de nuevo...

— auch... está bien... entiendo...

Casi semidioses vol 1: Reuniendo a los elegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora