Mi amigo Aqualad

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Esos dos eran terribles por separado pero juntos le provocaban a Raven más escalofrios que su propio padre, el demonio interdimensional, ella se había percatado de las intenciones de sus entrometidos amigos y decidió ayudar a su amigo en su misión, no quería ser la responsable de su temprana muerte a manos de dos dementes, pobres mujeres del mundo de verse privadas de sus encantos, pensaba socarronamente, mientras terminaba de ayudar a los Titanes del Este en su misión de espionaje, el resultado fue éxito total y Aqualad no dejaba de agradecerle su ayuda, haciendo incapie en que sería un buen elemento para su equipo, aquí no hay tontos ni dementes celosos, le comentaba a Raven para animarla, pero esta última solo suspiro esperando encontrar en su tonto amigo un poco de tranquilidad, le explico los últimos acontecimientos de la semana, la angustía que se había visto obligada a pasar, la culpa por el dolor de starfire, el miedo de perder a su mejor amigo, aunque fuera un sabelotodo gruñón y finalmente la prisa que tenía para que todo sea como antes.

No te sientas mal Rae Rae, yo se de sobra que contigo no van los romances, sino ya hubieras caído ante mis encantos y tambien se que nunca podrías aprovecharte de esta situación, pero vale la pena seguir ocultando que Dick fue tu primer amor, vi tu dolor, por más que te empeñaste en disimularlo, solo querías que ellos fueran felices, a costa de ocultar la tristeza de tu alma, fueron las palabras de aliento de Aqualad, quién acto seguido la abrazo fraternalmente, bueno lo hice te abrace, mencionaba mientras esperaba el certero golpe por invadir el espacio personal de Raven, siempre solía hacerlo cuando se acercaba de más, sin embargo el golpe nunca llegó, en su lugar sólo se escucho un leve gracias, el joven titán no dejaba de pensar que ese era su día de suerte, lo marcaría en el calendario para recordar la paliza de la que se libró.

Al llegar a la Torre de los Titanes los amigos se despidieron, al verificar que Raven ya se había marchado, Aqualad cerró por un momento los ojos, mientras pensaba en la tristeza de su amiga, al abrirlos se encontro con dos espadas, cortesía del hijo de batman apuntando a su cara, ¿Cuáles son tus últimas palabras sardinita? fue la pregunta de Damian, mientras miraba al pobre Aqualad como si de un desahusiado se tratara, vamos enano no queremos que nuestro amigo y Titan honorario sufra una muerte segura a causa de tus celos además el sabe que sería tonto intentar aprovecharse de Raven, mientras se acercaba al oído de Aqualad Dick pronunció:  No intentes aprovecharte de ella por que te desparecere de la Historia.

¿Por qué despierto tanta envidia?, era la pregunta que se formulaba el aturdido Aqualad, ¿Será por que soy demasiado hermoso para ser real?, sin embargo lejos de mostrar miedo alguno, el joven titán se paró firme frente a sus dos locos amigos, y los regañó como nunca lo hubiera imaginado, si siguen atormentandola se la verán conmigo, comportense como hombres, no como niños, con esa actitud solo lograrán alejarla, fue su último consejo antes de retirarse.

Atrapado en tu hechizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora