Capítulo 3.

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Mildred

Después de llegar, nos bañamos, pedimos una pizza y asignamos dormitorios. Isa y Andy comparten la primera habitación. Serena y Anny comparten el segundo cuarto, Aranza y yo compartimos el restante. Después de eso, nos fuimos a dormir dejando todo tirado, dieciséis horas de vuelo son pesadas.

Despierto y aun no me hago a la idea de que estoy en Dublín. Tomo el celular para checar las notificaciones, contesto mensajes y me levanto al baño. Todas seguían dormidas; regreso a la habitación y Aranza se estaba incorporando.

—Buenos días, nena.—dice Aranza, quién dormía en la litera de arriba, soltando un bostezo.

—Buenos días.—respondo, tomo el celular y veo la hora.

—¿Qué tal la primera noche en Dublín?—pregunta mi amiga.

—Bien, aunque no me acostumbro a despertar y ver el cuarto vacío, sólo con las camas y la litera, la mesa de noche al lado.—Aranza baja de la litera y se recarga en el tubo.

—Hay que arreglarnos para ir al super mercado, ¿te parece si vamos Isa, tú y yo?—En eso se escucha como entra Isa a la habitación tallándose el ojo y bostezando.

—¿Qué yo qué?—pregunta después del bostezo.

—Que nos acompañarás al súper mercado.—responde Aranza poniendo una mano en su cintura.

—¡Que flojera! ¿Qué tal durmieron?—pregunta la castaña.

—Bien, bien.—respondo dándole una sonrisa.

—Isa no guardes energía para Jon, hoy no iremos a Whelan's.—responde Aranza para después reír.

—Ya déjame en paz, no quiero ir con Jon hoy; vamos al súper pues.—Isa da la media vuelta para ir a su cuarto y arreglarse en lo que nosotras hacemos lo mismo.

—Se muere por ir a Whelan's.—murmuro haciendo reír a Aranza quién asiente.—Lastima que vamos a hacerla sufrir un poco.—guiño el ojo mientras mi amiga ríe aún más alto.

Tomo mi toalla de mi maleta mientras observo a Aranza hacer lo mismo por lo cuál salgo corriendo al baño. Mi amiga sale detrás de mí gritando y cuándo le cierro la puerta en sus narices, la golpea.

—¡No vayas a tardarte la eternidad, Mildred!—grita haciéndome reír.

*****

Tardamos más de una hora en poder dar con un súper mercado puesto que todos los taxistas querían llevarnos al más lejos con tal de cobrarnos más, pues se notaba que éramos turistas, pero no fue hasta que Aranza sacó su gps y le pidió a un taxista que siguiera la dirección que el gps marcaba que por fin pudimos ponernos en marcha.

Cuándo llegamos, nos sentíamos como unas mujeres hechas y derechas. Íbamos a hacer el súper para poder abastecer nuestra casa, aquello era, sin duda, una gran forma de convertirnos en adultos responsables, pero todas sabíamos que aquello sólo era un juego, estábamos jugando a ser adultos. Observo a Isa y a Aranza tomar un carro de súper cada una y las imito. Entramos a la tienda con la idea de dirigirnos primero a la sección de higiene. Observo a Isa usar el carrito como si de un patín del diablo se tratase y Aranza y yo no tardamos en imitarla.

—¡Una carrera hasta el pasillo de toallas sanitarias!—exclama Isa mientras empuja su carrito hacia la parte derecha de la tienda. Aranza y yo la seguimos riéndonos mientras gritamos un "tramposa" puesto que ella había tomado algo de ventaja. Me rio mientras el carrito me guía hacia la parte de higiene femenina y freno en seco cuándo veo a Isa reírse mientras nos espera.—¡Gané!—exclama haciéndome poner los ojos en blanco.

All We Ever WantedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora