Capítulo 4.

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Mildred 

El haber visto a Jack me impide probar bocado en todo el día. Mi estomago parece haberse hecho muy pequeño y aunque intentara obligarme a comer, no podía tragar absolutamente nada. El encuentro había causado una revolución en mí y mi mente no paraba de reproducir una y otra vez aquel momento donde Jack me abraza, mientras escucho de nuevo su voz pronunciar mi nombre.

—¿Qué opinas, Miel?—la voz de Aranza me saca de mis pensamientos.

—¿Qué?—le pregunto mientras dirijo mi mirada hacia ella y escucho a mis amigas reírse.

—Ya Miel, deja de pensar en Jack, lo verás pasado mañana.—dice Isa mientras enciende su laptop.—Te preguntamos si estabas de acuerdo con hablar con Ambar ahorita.—me repite amablemente. 

—Oh pues, si quieren, estaría bien decirle que ya estamos instaladas.—respondo mientras picoteo la pasta que Aranza había hecho para cenar.

—¿Y las chicas? ¿Dónde estarán las demás?—pregunta Aranza haciendo que me percate que ni Andy, Anny o Serena estaban en la casa.

—De seguro Anny las convenció de ir a buscar a Mark.—responde Isa mientras espera a que su laptop termine de prenderse.

—Ni que fuera tú, yo sé qué estás ansiosa por ver a Jonis.—dice Aranza molestando a Isa haciéndome reír. En ese momento, la puerta del departamento se abre dejándonos ver a las chicas restantes entrar mientras se ríen.

—¿Dónde estaban?—pregunta Aranza poniéndose en su papel de adulto responsable.

—Salimos a comer algo a la cafetería de la vuelta.—responde Andy mientras se quita su saco y lo deja sobre el perchero que hay en la entrada.

—Chicas, no tenemos tanto dinero, recuerden que necesitamos guardar dinero y buscar un trabajo.—dice Aranza quien de repente parece nuestra mamá.

—Es que no sabíamos donde estaban.—responde Anny excusándose. 

—Fuimos por comida para hacerla, duh.—dice Isa.

—Prometemos ya no salir a comer a la calle, pero somos humanos y comer es una necesidad.—responde Serena burlona haciéndonos sonreír.

—¿Qué hacen?—pregunta Andy acercándose a Isa  para asomarse a la laptop de su amiga—¿por qué huele tan rico?—añade. 

—Ben está aquí, por eso huele rico.—dice Isa haciendo que su amiga abra sorprendida sus ojos. 

—Eso es mentira, estoy segura que Ben no se baña.—responde Anny haciendo reír a todas.

—Estoy segura de que Ben huele a talco para bebé.—se burla Isa.—Jon ha de oler a obo.-continúa la castaña haciendo reír a todas sus amigas.

—¡Isa ya!—responde Aranza entre risas, toma aire y continúa.—Vamos a hablar con Ambar, por eso prendimos la laptop de Isa, hice una pasta con champiñones para celebrar nuestra llegada a Dublín.—las chicas se alegran y se sientan en los otros sillones esperando a que Isa y Aranza logren contactarse con Ambar por medio de skype.

Isa hace un gesto triunfante cuando logra conectarse con Ambar a lo cual todas nos acercamos a la laptop. 

—¡Chicas!—nos saluda Ambar emocionada del otro lado de la pantalla. 

—¡Ambar!—respondemos todas emocionadas al unísono. 

—¿Cómo las trata Dublín?—pregunta su amiga.—¿Ya fueron a buscar a los chicos?

—Isa ya se cogió a Jon.—responde Anny haciendo que Isa se ruborice. 

—¿En serio?—pregunta Ámbar emocionada.—¡Eso fue rápido!

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