U R MINE || KANDY

두

Dos chicos. Uno alto y uno un poco más pequeño. Tomados de la mano. Eran la envidia misma de todas las chicas plásticas con "supuesto novio" que asistían al instituto público Rose and Mary. Cientos de pares de ojos los veían con admiración y otros cientos con cierto desagrado ya que, pese a su ambiguo pensamiento, era mal visto ver a dos hombres tan cariñosos pero realmente a Andrew y Kellin les importaba poco.

—Uy~ parece que ambos están felices — un chico de cabello largo castaño y piel morena se acercó a la pareja—. Ya diganme, ¿qué pasó?

—¿No podemos simplemente llegar tomados de la mano una vez al año?— mencionó divertido el pelinegro.

—Ooh~ Andrew bebé~ Tengo que hablar algo contigo— repentinamente una rubia llegó a donde estaban los tres chicos. Aquel apodo había hecho que Kellin levantase una ceja y soltase la mano de su novio.

—Juliet, te pido que no me digas así— habló el pelinegro sin embargo, la rubia hizo oído sordo para luego tomar la misma mano dónde antes Kellin tenía la suya. Al reaccionar, Andrew soltó su mano cómo pudo tratando de que el castaño no viese—. ¿Qué mierda quieres?

Mientras tanto, hacía mucho que el moreno y el castaño se habían ido al aula donde les tocaba.

—¿¡Porqué demonios es tan zorra?!— tristemente, el moreno iba escuchando todos los insultos entre-dientes que soltaba su mejor amigo. La realidad era que desde que se conocían, él era su gemelo malvado, hacían todo juntos desde que se conocían... Y eso incluía los deseos raros y peligrosos de Kellin—. ¡Hace meses que ni son novios! ¡Agh!

—T-tranquilo K-Kellin... Realmente no quiero cavar un agujero— lo último trato de susurrarlo pero pese al silencio del pasillo, el castaño logró a escuchar y sus ojos brillaron—. Mierda... ¡No! No, Kellin...

—¡Tienes razón!— Kellin se detuvo en seco y tomó del cuello a su amigo pero repentinamente bajo la mirada—. Le prometí a Andrew no volver a hacerlo... Alissa dejó un olor muy horrible en mi bodega...

—¡Por dios, Andrew! ¡Tú y yo estamos destinados a estar juntos!— se escuchó del otro del pasillo. Ambos giraron su cabeza y vieron como la rubia abrazaba al pelinegro.

—Hay que hacerlo— susurró Kellin.

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So well... Mis vacaciones depresivas inician mañana, ahre.

-Jjk_Kyg18.