°• Primeras veces •°

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•La primera vez que se conocieron

Fue, específicamente, un veinte de abril, en el décimo cumpleaños de un pequeño Katsuki Bakugō.

La señora Mitsuku Bakugō había invitado a todos los niños del curso del joven Katsuki, incluyendo a vecinos y amigos.

El joven Katsuki, a esa edad, ya presentaba un muy mal carácter y comportamiento grosero, por ello, a pesar de la masiva invitación que hizo la señora Bakugō, sólo llegaron unos cuantos.

Aquél chiquillo, amigo de años de Katsuki, de cabellos verdosos, dijo que no podría asistir por un repentino dolor de estómago. La gran mayoría de su curso, se ausentó porque no eran cercanos a él y los vecinos no estaban en muy buenos términos con el cumpleañero.

La verdad es que Mitsuki ya se había acostumbrado a que la gente no llegara a sus masivas invitaciones, su hijo ya tenía mala fama y se le estaba haciendo muy difícil el que él cambie.

Por eso se sorprendió tanto al ver que, de entre los que habían llegado, había una niña un tanto menudita pero de redondas mejillas suavemente sonrosadas.

Se le notaba algo perdida y avergonzada, así que se le acercó.

—Hola, nena, ¿estás perdida? —Le preguntó energética, como es ella, asustando a la pequeña. Al ver la situación, Masaru Bakugō, se les acercó y con su suave voz paternal se dirigió a la niña.

—Dime, pequeña, ¿vienes por el cumpleaños? —Preguntó amable, poniéndose a la altura de la pequeña. Al ver que asentía volvió a preguntar.— ¿Cómo te llamas, eres de por aquí cerca?

—Me... llamo Ochako Uraraka... Y vivo en la casa blanca de dos pisos... —Habló bajito por la vergüenza.

Sin saber exactamente cuál de todas las casas con esa descripción, porque en la cuadra siguiente todas compartían el mismo diseño y color con esas características. Llevó una mano a su barbilla y ladeó un poco la cabeza.

Ahh, ya veo. Ochako es un nombre muy lindo pero, dime, ¿conoces a Katsuki? —La niña lo pensó un poco y negó con la cabeza. Masaru quedó aún más intrigado.

—Llegamos... —Comenzó a hablar.— hace dos días a nuestra nueva casa. Mi mamá me dijo que una señora estaba invitando a todos los niños a un cumpleaños y que podía ser buena idea venir para hacer amigos...

Oh... Ohhh, veo. Sí, una bue– —Pero se interrumpió a sí mismo. Sí, es buena idea si fuese cualquier otro niño porque su Katsuki era... muy especial a la hora de hacer amigos. Lo meditó un poco y una idea apareció provocándole risa. Esta podía ser una buena oportunidad para que su hijo dejara de ser tan agrio con las niñas, aunque sea sólo por hoy.— ¡Ya sé! Como eres nueva por aquí y no debes de conocer a los niños del sector, ¿te parece si mi hijo te ayuda a conocer el lugar? Después pueden volver a comer la torta y las demás cosas que estamos preparando.

—¡Oh! ¡Buena idea, querido! —Interrumpió Mitsuki, dándole un cariñoso –pero fuerte– golpe en el hombro de su marido.— De ser así, nos dejaría tiempo para terminar todo.

—S-sí, querida... Esa era la idea. —Habló adolorido, sobando la zona golpeada.

Heh- —La pequeña Ochako soltó una risa y se la interrumpió con sus manitos, pues no quería ofender a los mayores. Mitsuki, un poco enternecida por la presencia de una niña y un poco impaciente por terminar lo que faltaba, buscó con la mirada por todo el patio hasta que dio con su objetivo.

—¡Katsuki! —Le llamó caminando a él, quien estaba jugando a la pelota con sus "amigos". Una vez frente a él, le habló.— Katsuki, acaba de llegar una niña que es nueva por el sector. ¿Por qué no vas con ella y le das un paseo para que conozca? Puedes mostrarle la plaza-

Nomeolvides [KacchakoWeek2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora