EN PRESENCIA DEL INMENSO ATHOS

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Thomas seguía riéndose a carcajadas cada vez más fuertes, pero lo que no se había captado era que Sabrina recogió la batuta de Lola. Sabrina cerro los ojos, hecho su cabeza para atrás y estiró si brazo para tratar de hacer algo con ella. Esto solo le causó más gracia a Thomas, este dijo:
-Crees que así funciona una batuta -rio y se puso serio de golpe- ya no me causa risa tu estúpido show artesano de hacerte la heroína cuando en realidad eres un error de Athos, la nueva, si te asesinara en este momento nadie se daría cuenta.

Pero a pesar de todos los insultos que hacía Thomas, Sabrina solo se ponía más y más firme ante él.

-Crees que podrás quedarte firme ante esto -dijo Thomas

El rey comenzó a tararear la parte final de Obertura 1812 y por cada parte del cañón salía una explosión de su batuta hacia Sabrina. Por suerte, y por muy poco, Sabrina logró esquivar las 3 primeras, pero la cuarta explosión no la pudo evitar, esta empujo a Sabrina lo suficientemente fuerte como para que rompiera la pared que estaba detrás de ella con su espalda. Pero incluso a pesar de eso Sabrina se levantó, parecía que casi no podía hacerlo porque tenía una pierna bastante inclinada pero aun así lo hizo, con una pequeña línea de sangre saliendo de su nariz, y pasando por el lado derecho de sus labios, con la espalda completamente rojo y con la cabeza dando vueltas sobre su cuello. A pesar de la impactante, y triste, escena de Sabrina al borde de la muerte, Thomas no se inmuto y siguió tarareando la canción, pero, algo diferente pasó con esta explosión, Sabrina en un muy desesperado intento por salvar su vida se cubrió el rostro con sus manos, con las palmas hacia afuera, y en el preciso instante en que salió la explosión de la batuta de Thomas un halo de luz cubrió a Sabrina. Parecía que surtió efecto, porque cuando la explosión llegó a las manos de Sabrina se había detenido, Sabrina empuñó sus manos y la explosión se evaporó. Esta escena no impresionó a Thomas el cual dijo:

- ¡Vaya! Hasta que por fin el "Gran Athos" -esto lo dijo con ironía- se digna a hacerme presencia.

Sabrina estiró su brazos, con las manos todavía empuñadas, y abrió los ojos, se podía notar que le estaban brillando por completo de azul celeste, y le respondió a Thomas, pero sucedía que ya no se oía la voz de Sabrina, era algo peculiar, del mismo cuerpo de Sabrina salían dos voces, una femenina, se podía notar que era de Sabrina, y la otra masculina, de alguien desconocido, que por los días de hoy, y con la tradición mitológica artiana, se especula que fue Athos manifestándose por medio de Sabrina, este dijo en un tono muy calmado:

-Te equivocas, perfectamente sabes que he estado al lado tuyo desde que naciste hace 270 años hasta los días de hoy -esto lo dijo con su voz más masculina y lo siguiente con la voz femenina- no me gustaría recalcártelo, pero yo fui quien más te consoló con la pérdida de "ya sabes quién".

-Sí, lo recuerdo, pero también recuerdo como me maldijiste hace 250 años dándome esta maldita responsabilidad -respondió Thomas con furia- preferiría morir antes de seguir ocupando este puesto. 250 años sin saber lo que es el sabor de la buena comida, 250 años sin poder dormir, porque si lo haces todo el planeta se cae, y de paso estar las 27 horas del día preocupado por si el reino de las sombras llega a mi planeta o no.

-Lo comprendo, te doy mi palabra de que pronto dejaras de ser el rey. Pero tú dame la tuya

- ¿Sobre qué?

-No te dejaras vencer por Susan mañana como lo estabas planeando.

Thomas mirando al piso, con vergüenza o con enojo, respondió:

-De acuerdo, pero dame tu palabra.

-Está bien -Sabrina abría sus manos, estiró sus brazos hacia los lados y con sus dos voces a la vez dijo- "El inmenso Athos, por medio del cuerpo de Sabrina Carpenter, da su palabra de cumplir este trato"

Thomas al ver esto destransformo su brazo-tentáculo, soltando a Rize y Lola que estaban casi inconscientes, y lo devolvió a la normalidad. Con la palma de la mano derecha en medio del pecho y la mano izquierda levantada a la altura de su cabeza Thomas dijo:

-"El gran rey Thomas, bajo los efectos de la sangre ñucéruc, se compromete a cumplir con su parte del trato". ¿Feliz?

-Ya casi -respondió Athosabrina

- ¿Que te falta? -respondió Thomas de manera altanera.

-Veras, no permitiré que sigas haciendo daño por hoy, en vista que Rize no te pudo contener esta vez, yo le ayudare -Sabrina sonrió por medio segundo.

En ese momento salió una explosión, parecida a las que Thomas había lanzado a Sabrina hace un momento, de cada mano de Sabrina, estas no impactaron en Thomas, sino que comenzaron a dar vueltas alrededor de él para formar una soga que lo atara y terminar golpeándolo en la cara provocando que Thomas se desmayara. Una vez Thomas cayera al piso el halo de luz de desvaneció y los ojos de Sabrina, junto con todo su cuerpo, volvieron a la normalidad, e incluso mejor porque ya no presentaba las heridas en su cara, cuello ni espalda.

Una vez que se aseguraron cada uno que estaba bien, Sabrina, Rize y Lola se pararon al lado del cuerpo desmayado de Thomas.

- ¿Esta... muerto? -preguntó Sabrina preocupada.

-Tranquila, está... vivo -respondió Lola- ¿verdad? -le preguntó Lola a Rize con un tono diferente al habitual, un tono dulce.

Rize se sonrojó ligeramente, pero se incorporó rápidamente, y respondió con su tono militar habitual:

-Tranquilas, sigue con vida, solo... necesita descansar para mañana.

Rize estiró su brazo derecho hacia el frente, una barra de luz comenzó a aparecer en su mano y se transformó en un bastón parecido al de Thomas. Rize dio un golpe al suelo con su bastón y Thomas empezó a levitar.

-Lo llevare a su habitación -dijo Rize, el cual se fue con el cuerpo de Thomas siguiéndolo en el aire.

Una vez se fue Rize, Lola recordó que su Sabrina tenía su batuta.

-Por cierto -le dijo Lola a Sabrina- podrías devolverme mi batuta, en serio esto encariñada con ella.

Sabrina suspiró profundo y le entregó la batuta a Lola.

-Tranquila -Lola consoló a Sabrina que parecía triste al devolverle su batuta- tienes el don de Athos, con el suficiente entrenamiento no me sorprendería que te dieran hasta un bastón.

Sabrina y Lola sonrieron.

-Bueno, creo que debemos limpiar todo esto -dijo Lola refiriéndose a la habitación destrozada por Thomas.

- ¿No puedes usar tu batuta? -le respondió Sabrina con un tono de cansada- estoy agotada por lo que fuera que hiciese antes de que Thomas se desmayara.

- ¡¿En serio no recuerdas?!

Sabrina negó con la cabeza.

-Entonces, tenemos trabajo que hacer, debemos limpiar esto y te debo contar la magnífica historia en la que estuviste involucrada.

Las dos amigas viéndose de frente rieron y comenzaron a tratar de ordenar el gran desastre que tenían en la habitación.

Cronicas ArtianasWhere stories live. Discover now