Confesiones Nocturnas

JL #6#

Hace unos meses desde que no te escribo nada, pero es que últimamente no me paro a pensar en ti de la forma que lo hacía antes, ahora ya no siento que me haga falta tu amor. Puede que esta etapa empezara el día que descubrí que estás saliendo con alguien, o puede que antes, no lo tengo muy claro porque me acabo de dar cuenta. 

Sería una mentira descarada decir que no te paseas por mi mente a ratos, pero la sensación que experimento cuando eso sucede ya no es la misma, no me duele estar sin ti, solo me da pena que todo el amor que tenía para darte tendrá que quedarse guardado en un rincón de mi corazón.

Hace un tiempo que he empezado a pensar en otra persona, aunque no sea la primera vez que me pasa desde que me dejaste y puede que esta vez acabe como todas las anteriores, de hecho, es lo más probable. Parece que eres mi casilla de salida cada vez que me reinicio. 

Realmente, me he dado cuenta de que no eres la primera persona con la que me he sentido de esta forma, ya me pasó la primera vez que me enamoré. En aquel entonces tenía poco más de tres años y mi corazón empezó a palpitar al mismo ritmo que el de un compañero de mi clase. A pesar de que sabía que él sentía lo mismo por mí, yo nunca se lo confesé. Parece una tontería hablar de amor cuando tienes esa edad pero aquel sentimiento se quedó conmigo mucho tiempo y, aunque a veces me gustaban otras personas, siempre acababa lamentándome porque mi corazoncito seguía gritando el mismo nombre de siempre. 

Creo con mucha seguridad que seguí sintiendo eso hasta que llegaste tú, que prácticamente ocupaste su lugar.

Es gracioso que aún a día de hoy pienso a veces en él, igual que pienso en ti, y en lo bonito que sería reencontrarnos y querernos como nos queríamos, aunque soy consciente de que hace tiempo que nuestros caminos tomaron rumbos demasiado diferentes.

Aún así, mi alma de inagotables esperanzas no se da por vencida, en mi futuro os sigo guardando un sitio por si algún día lo queréis recuperar. Aunque también podría darse el caso de que me vuelva a enamorar y a la tercera sea la vencida, sea feliz y coma perdiz y perdáis ese sitio.

En realidad, me empieza a dar un poco igual.