¡¿Que hacemos qué?!

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La sempiterna marea humana en Akihabara se extendía como alfombra por todo el sector. Hombres y mujeres de distintas edades se paseaban por las distintas tiendas del distrito buscando tanto aparatos tecnológicos de última generación como los nuevos volúmenes de sus mangas favoritos. Unos cuantos, por otra parte, entraban a algún llamativo café esperando que una maid los atendiera. No importaban los motivos al final; el flujo diario era constante y no parecía detenerse nunca.

Pero, por supuesto, siempre existe gente ajena a ese ir y venir de personas.

Cerca de aquella zona, en la intimidad de su departamento, se encontraba una pelimorada sentada en un sillón con su notebook sobre la mesa de centro del living. La chica se hallaba sola en ese momento en el hogar que compartía con su novia, una sexy rubia de ascendencia rusa.

Aprovechando la ausencia de su pareja, la joven, Nozomi Tojo, leía algunas historias que encontró en Internet, pero no historias cualesquiera, sino unas con cierto contenido no recomendable para menores de edad.

- Esto lo hacemos siempre... Esto también, por lo general como preámbulo... Esto es nuevo, tal vez debería probarlo con Elicchi...

No podía evitar relamerse los labios de solo imaginárselo.

Y es que había un detalle particular en las historias que hacía que todo luciera mucho más tentador: ellas dos eran las protagonistas. ¿Cómo era eso posible? Pues durante su estancia en la preparatoria, Nozomi fue parte de un grupo de school idols llamado μ's, que se volvió muy popular a pesar del poco tiempo que estuvo activo, y debido a la interacción que mostraban sus integrantes durante los shows, muchos de los fans comenzaron a emparejarlas y a escribir relatos sobre ellas de diversa índole que después subían a sitios web especializados. No estaban tan equivocados: Eli Ayase, la novia de Nozomi, también había sido parte del grupo, y unas cuantas parejas más se formaron entre las llamadas Musas.

- Estos fans... No pensé que nos vieran de esa manera. Aunque...

El sonido de unas llaves y de la puerta abriéndose la sacó de sus pensamientos.

- ¡Nozomi, ya volví!

- Bienvenida de vuelta, Elicchi.

- Disculpa la demora. La tienda estaba llena y tuve que hacer una cola larguísima para pagar -dijo la rubia mientras dejaba unas bolsas en la cocina. Una vez hecho eso, fue donde su novia para darle un pequeño beso en los labios.

- ¿Comiste chocolate?

- ¿Eh? ¿De qué estás hablando?

- Eres demasiado obvia, Elicchi. Sabes y hueles a chocolate -respondió con un tono un tanto burlón.

- Era de una nueva marca, quería probarlo. ¿Acaso eso es malo? -comentó Eli haciendo un pequeño puchero.

- Ay, Elicchi, eres adorable. Ven aquí.

La pelimorada abrazó a su novia y la hizo sentarse con ella en el sillón. Ya con la rubia a su alcance, Nozomi besó su mejilla y estrechó el abrazo.

- No hay razón para que te molestes, ¿OK? No tiene nada de malo que quieras probar algo nuevo.

Eli lanzó un suspiro y decidió ceder.

- Nozomi, no sé cómo lo haces.

- Te conozco desde la preparatoria, Elicchi. Sé cómo calmarte -respondió la tarotista besando su mejilla nuevamente.

La rusa sonrió y correspondió al abrazo de su novia. En eso, sus azules ojos se enfocaron en el notebook sobre la mesa y en lo que aparecía en la pantalla.

¡¿Que hacemos qué?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora