[Actos del 1.2 al 2.0]

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Soy el asesino perfecto, no soy ni fuerte, ni guapo como los de las películas, es más soy tímido. Camino haciendo ruido con la cabeza en alto, no corro ni me escondo en cada esquina. Soy una persona cualquiera, repito, soy el asesino perfecto. soy invisible a la sociedad soy un estudiante cualquiera, hasta patético por así decirlo. Sí, soy estudiante todavía, lo que haga de mi vida en la universidad o lo que estudie no tiene importancia, como yo. No estudio por que quiera una mejor vida, no necesito esforzarme para poder conseguir un trabajo decente que me de dinero para poder irme a beber todos los viernes como los "Godinez" de los que esta infestada la ciudad donde vivo, en primera no me gusta el alcohol de manera desmedida como ellos, y en segunda tengo suficiente dinero como para vivir con placeres, si no el resto de mi vida, pero sí para que cuando me quede sin dinero ya no me interesen los lujos.
Como decía soy una persona común y corriente, vivo aún con mis padres, incluso aún pido permiso para poder salir con mis pocos amigos... O eso creen ellos. Soy un hijo respetuoso y creo que esta de más obviar que ellos no saben que mi tiempo libre es la escuela y mi tiempo "laboral" es algo ilegal. Incluso me han asaltado, robado y amenazado con armas de fuego y blancas, bien podría haberlos amenazado de vuelta con mi arma, o mencionar nombres que le pondrían la piel de gallina al más feroz de los delincuentes, pero no tiene caso, eso me haría resaltar, que se lleven mis cosas, así es la vida. Como decía, la gente no me mira, y la facultad que tengo por no sentir nada por nadie, hace que no me pese la indiferencia que la gente siente por mi.
Por lo tanto no soy sospechoso nunca de las cosas que hago, los policías me miran como mirando a la nada, mis víctimas ni me ven. Creo que lo único que podría hacerme sospechoso es el defecto, o virtud como me dijeron en algún momento, de haber nacido sin huellas digitales, poco vello corporal y casi no sudo, lo cual es perfecto para mi ya que siento asco por las secreciones corporales. No sé ni como puede pasar eso, ni me interesa investigarlo. Me funciona y punto, no hay necesidad de guantes como en las películas, además yo no tiro mis armas como los de la tele, he de admitir que no fue planeado por el temor que pudieran obtener mi DNA del contacto con el arma, sino porque obtener las armas y los accesorios es más difícil de lo que parece, y evito que se me vea por lugares sospechosos.
Mi negocio es simple mis clientes no me conocen y nunca me han visto, sólo conocen, a mi intermediario, o debo decir conocían. cuando pensé que podría comprometerme a mi, deje de necesitarlo. Una nota en cierto lugar me indica a quien y cuando debo acabar. ¿Qué cómo empecé? Simple mi intermediario quería un socio que hiciera el trabajo sucio y de campo, se enteró de que yo no tenía huellas digitales, ofreció mitad de las ganancias, acepté, no tenía nada que perder, además no me gusta la gente así que lo hice.
Casualmente desde que empecé a la fecha ha habido asesinatos que no tienen autor intelectual directo, usualmente creen que se trata de a ola de violencia reciente en este lugar, por mi está bien, y si me preguntan... Claro que fueron ellos. Era el mejor en el negocio. Como dije nunca llamé la atención, tenía coartadas perfectas, y nunca me vieron ni cerca de mi lugar de trabajo. Hasta ese día que la conocí.
Ese día tenía la sensación de que todo sería normal, entrar al bar, pedir una cerveza, buscar al gran apostador de a sala clandestina y ponerle un tiro entre las cejas, fácil y rápido. Nunca fui un maestro del disfraz pero en realidad nunca me preocupó, mi falta de estilo me permitía mimetizarme a la perfección, estaba confiado.
Ese fue mi gran error, mi vestimenta de estudiante cualquiera resaltaba más de lo normal en ese bar de mala muerte, que en mi sano juicio jamás habría entrado. Ese día la gente si me miraba, no me quitaban la vista de encima, creo que de no haber entrado ella en ese momento, se habrían levantado a tratar de intimidarme, y habría tenido que dejar el lugar fallando por vez primera un objetivo. Ella con una gracia fingida, que me sorprende nadie viera, entró al cuarto con una facilidad que provocó que me diera envidia, llevaba la escasa media hora que llevaba ahí pensando como entrar.
Un par de segundos después mi trabajo me lo habían robado, gritos y disparos llegaron desde el lugar donde estaba mi objetivo, no cabía duda, ella lo había hecho, el sentido común lo dictaba, un silencio, dos disparos, uno más y los intentos de todos de abrir la puerta dieron resultado. Una masacre, cinco muertos y una mujer, dicen hermosa, traumatizada. Salí como si nada hubiera pasado, justo como todos los demás. Un don Juan improvisado salía con ella, con la mirada de triunfador, yo sentía lástima por él. Estaba asqueado ¿cómo es que nadie más podía ver que ella estaba a un chiste de llorar a carcajadas? Me había robado mi trabajo, le dio un tiro en la boca a mi objetivo y lo hizo parecer un homicidio con suicidio, pensé en darle las gracias y comprarle algo, pero en ese instante se me ocurrió lo que pensaría muchas veces más en el futuro: Esa chica es peligrosa, entre mas lejos mejor.
La ventaja de que tus clientes no te conozcan es que no saben si en realidad fuiste tú el que cumplió el trabajo, y la manera en que lo hizo ella, hará que me den un bono de todos modos. me fui caminando pensando en esto cuando juraría que ella me vio, igual no me interesaba, de haber sabido todo lo que desencadenó lo que hizo ella y el que me haya visto ignorarla, habría rechazado el negocio desde e principio, pero vaya estaba en el clímax de mi trabajo y a decir de verdad me gustaba más de lo que me hubiera gustado admitir.
Era el asesino perfecto, hasta que llego ella a arruinarlo todo por arrastrarme con su ola de demencia.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2018 ⏰

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