El Primer Vasallaje de los Veinticinco

• Capítulo 1: Ella

Me despierto y me levanto como puedo de mi cama, la cual está muy desordenada por la noche. La cosecha se acerca y llegan las pesadillas. Aún faltan dos meses para la cosecha pero cada vez que pienso en ella vienen pesadillas de cuando los juegos se llevaron a mi querida hermana Libbie a sus 15 años.

Me vuelvo a la realidad y camino al baño, enciendo la ducha y me desnudo, luego de eso examino bien mi cuerpo antes de entrar.

No tengo un muy mal físico, a decir verdad, está bastante bien. Mi piel ha obtenido un lindo bronceado dorado claro con el tiempo, como voy a una academia especial que me prepara para los juegos, tengo buenos músculos con mis abdominales y pectorales bien marcados, tengo el cabello entre cobrizo y rubio oscuro medio corto, mis ojos son color miel y mido 1,78m... Y de mi miembro ni hablar.

Después de apreciarme bien en el espejo me meto bajo la ducha, me meto bajo la ducha y dejo que el agua caliente escurra por mi cuerpo, por suerte tenemos el dinero para darnos el lujo de darnos duchas largas de vez en cuando, y ahí es cuando comienzo a pensar en mi hermana.

Ella no me llevaba muchos años de ventaja, sólo tenía tres años más que yo, por lo que cuando pasé por mi primera cosecha se la llevaron a ella.

Vi todo lo que pasaba en sus juegos, ella era fuerte y tenía suficientes patrocinadores, pero yo sabía que por dentro ella estaba destrozada, y cuando ella era la ultima finalista junto a un chico del Distrito 2, ya habían venido personas del Capitolio a entrevistarnos y hacernos preguntas inútiles.

El chico era todo un sádico lunático y cuando atrapó a mi hermana le hizo cosas impensables.

Con algunos de los cuchillos de su extensa colección, empezó a quitar uno a uno sus dedos de ambas manos, luego le cortó las muñecas y enterró cuchillos en sus hombros... Pero lo peor fue que cuando ella ya estaba muy débil le cortó ambos pechos y los devoró a mordiscos y mientras moría por desangramiento, la violó.

Cuando el chico fue declarado vencedor de los vigésimo primeros juegos del hambre y bajó el aerodeslizador a buscarlo, él seguía violando el cadáver de mi hermana, por lo que dos agentes de la paz tuvieron que llevárselo.

De ese chico sólo he sabido que después de ganar los juegos se volvió completamente loco y se suicidó. Me alegro por eso, así no sufría él y mi familia no lo odiaría tanto.

Al salir de mis horribles pensamientos, apago la ducha, me seco con la toalla, la amarro a mi cintura, me pongo crema de afeitar y lógicamente me afeito. Al terminar con eso me limpio y salgo a mi habitación.

Miro el reloj y son ya las 7:30am, tenía pensado ir a nadar un poco a la playa antes de ir a la escuela pero al parecer estuve mucho tiempo el el baño, así que decido no ir y ponerme sólo un par de pantalones, zapatos, la simple camisa blanca con el emblema de la escuela, un suéter con el mismo emblema y bajo a desayunar.

Mientras bajo las escaleras veo a mi padre que está bebiendo café, listo para ir a trabajar. Él es alto como yo, tiene el cabello castaño cobrizo largo y los ojos color marrón.

Mi madre tiene puesto su delantal para cocinar y lleva su cabello rubio recogido en un moño. Ella no es tan alta, tiene los ojos color miel y sólo con ver su cara se nota que está cansada, aunque cuando duerme parece que tuviera tan solo unos años más que los que tendría Libbie si siguiera viva.

-Buenos días, hijo. ¿Cómo dormiste anoche?- Pregunta mi padre cuando llego al comedor.

-Bien, gracias- Mentí. Entonces mi madre dice algo desde la cocina.

-Blake, cariño, tu desayuno está listo en la mesa-

-Gracias, mamá-

Como lo más rápido que puedo, cojo mi mochila, me despido de mis padres y salgo corriendo de mi casa. Ya se me hacía tarde para la escuela y aún tenía que pasar por mi mejor amigo, Kyle.