Capitulo 1
willy apretó el móvil entre sus manos. Agitada. Pero no lo daba a notar. Soltó un suspiro. Sus cuatro mejores amigas habían desaparecido en lo que iba la noche y si el instinto no le fallaba…el podría ser el siguiente en desaparecer.
- ¿Quién eres? – preguntó al teléfono. Nadie le respondió. - ¡joder, me has estado llamando toda la puta noche! – gritó desesperado. Tenía dieciséis llamadas de ese número y ni siquiera sabía de quien se trataba – tú…tú las has secuestrado…- farfulló willy, refiriéndose a sus amigas.
- Se donde estás ahora – le respondió él. Tan mecánico y relajado. – te estoy viendo. - willy solo logró ponerse más nervioso al oír esas palabras. Miró a ambos lados de la habitación, estando completamente solo – así que…escucha, necesito que salgas de la habitación en donde estás.
- No lo haré. – respondió el. Nervioso.
- Nene, tienes dos minutos para salir de tu preciosa habitación ¿vale? O si no me tocará a mí tener que sacarte de ahí… si es que no nos quedamos un rato a probar la cama…
- ¿Vas a matarme? – susurró willy. Apunto de derramar las primeras lágrimas de la noche.
- Sal de la habitación. – le dijo serio. Sin escrúpulos, como siempre. – o esta vez te juro que mato a una de las putas que me he traído. – y rio por el teléfono. – no, no…quiero decir: tus amigas.
willy salió fugaz de su habitación. Casi corriendo, jadeante y con el pánico en la garganta.
- Eso es…- susurró vegetta, por el teléfono. – ahora ve a la cocina.
Y entonces, una ligera idea se instaló en la mente de willy. Colgó el teléfono y corrió con todas sus fuerzas hasta la puerta principal de la enorme mansión de sus padres en Las Vegas, pero cuando intentó abrir la puerta…ya era demasiado tarde.
- Ah, ah. – negó él. – te dije que vayas a la cocina. - willy sintió las manos de aquel hombre apretarle la cintura, sintiendo el contacto de su piel con la suya, tibia, temblorosa, suave, un desliz jodidamente provocador y sensual, pero que a la misma vez la sumía con salvajismo entre los brazos de él. vegetta le tapó los labios a la misma vez que obstaculizaba su respiración. Y antes de que el pudiera caer desmayada, vegetta susurró algo en su oído. – resultaste más guapo que las demás, eso… - delicadamente se hundió entre el cabello de willy, entre su apetecible olor, la estaba dejando sin conciencia, y poco a poco se sentía dueño de ese cuerpo que el manejaba. Ese, que empezaba a ponerle. – me gusta.