覚えている

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Hay un piano tocando en el salón.

Una piel blanca como salida de una obra de arte que suele atarse en mi corazón.

Una sonrisa colarse en mis pupilas.

Lo escucho a él.

A Lee Jihoon.

Me siento frente a él, me mira y le sonrío.

Cierra sus ojos cuando la tonada llega al climax, lo escucho dulce, también triste.

¡Qué tonada más triste para una tarde lluviosa de invierno!

Dejo en su banca una taza de café con dos de azúcar y crema encima, como a él siempre le ha gustado tomarlo.

Lo miro nuevamente y me sonríe con cariño.

—¿Qué tanto me miras? —Me dice risueño mientras sigue tocando su piano.

—¿Acaso no puedo mirar a mi novio?—Le tiro un beso y lo atrapa con su mano libre.

—¡Me pones nervioso Choi! —Se sonroja y yo me río de lo tierno que suele verse nervioso—¿De qué te ríes? —Frunce el ceño.

—Te amo—Le susurro cerca.

—Te amo—Deja de tocar el piano por un segundo y me acerco a sus labios—Ya bésame estúpido.

—Siempre— Digo antes de atrapar sus labios con los míos.

(...)


—SeungCheol...—Escucho la voz de mi amigo detrás mío.

—Dime—Murmuro con desgano.

—Hoy es el aniversario de su muerte—Dice despacio, como tanteando el terreno de mis lágrimas.

—Lo sé— Lo miro, intento no verme afligido, tomo el álbum con sus fotos, las ultimas fotos de aquella tarde de invierno, mientras él tocaba el piano y yo le decía cuanto lo amaba.

Mi mejor amigo deja caer su mano en mi hombro, con una palmada de consuelo y me dejo llorar un momento.

—Ven...— Habla con cuidado—Vamos a dejarle flores a JiHoon.

—Si... —Me levanto del lugar donde Jihoonie solía sentarse para crear música en las madrugadas, miro a mi alrededor y todo me recuerda a mi pequeño amor, aquel amor eterno, que jamás podré olvidar.

Tomo el álbum de fotos aferrándolo a mi pecho.

¿Por qué la gente debía irse así sin más?

¿Por qué aquellos a quienes más amas, suelen ir antes que uno?

Sería mucho más fácil, si yo me hubiera podido ir con él.

Dejo caer mis manos en las teclas de su piano, unos dulces sonidos golpean las paredes de nuestra biblioteca, y es ahí donde lo puedo sentir, lo veo como siempre, con mis prendas puestas, con su café en aquella banca, con sus hermosos dedos en aquel piano de su niñez.

Se cuela en mis recuerdos, en mi alma.

Él esta ahí, él esta en mi corazón.

Y yo seguiré amándolo como solía hacerlo.














SeungCheol camina a paso lento hacia el cementerio...

Aquella noche Lee JiHoon había muerto en sus brazos.

Su amor se había ido.

-FIN-

Tonadas - JiCheolWhere stories live. Discover now