recién llegado

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Una triste tarde de julio, de esas en las que puedes sentir la brisa fresca llegar a tu rostro, fue el día perfecto en el que mi madre tomara las maletas y diría "nos vamos", ya no me era extraño, llevaba así desde que tengo memoria, viajando de un lugar a otro, nunca tuve un verdadero lugar al cual llamar hogar, y en esta ocasión nos iríamos a un lugar algo lejos de nuestro último asentamiento, esta vez mi madre decidió que sería una ciudad a kilómetros de donde nos encontrábamos. Durante todo este tiempo nunca me había atrevido a replicar sobre nuestro continuo cambio de ciudad, y esta vez no sería la excepción, ¿cuál era el problema? De cualquier forma, nunca tenía amigos o personas de las cual despedirme, siempre era igual, no era relevante.

Solo tome mis cosas y seguí a mi madre, siempre lo haría, después de todo, es la única persona que tengo y que en realidad me ha mantenido cierto cariño desde que mi padre decidió que la vida sin nosotros sería más sencilla, y quizá sí, quizá vivir con nosotros y con lo que cargamos, mejor dicho, con lo que cargo, sea difícil, pero al menos mi madre no se rindió.

Una maraña de pensamientos llenaba mi cansada mente y mi estúpido cuerpo solo se mantenía estático en uno de los muchos asientos para pasajeros del tren, esperando la llegada de nuestro siguiente lugar para escondernos, aunque, realmente no entienda del todo de que huimos, y no me eh atrevido a cuestionar a mi madre con esto, ya bastante tiene con mantenernos y lidiar con un hijo defectuoso.

El vagón comenzo a detenerse.

"Esa es mi señal"

Enderecé mi cuerpo de manera aflojerada, removí los audífonos que me privaban del ruido de las personas, y tomé mi maleta de mano en la cual solo llevaba dinero y mi cámara al lado de algunos documentos de mi nueva escuela.

Me moví algunos pasos, los suficientes para confundirme en el cumulo de gente que se formó para salir.

Después de lograr escapar del desastre que se formó en el tren, comencé a andar por las calles, el bullicio controlaba la ciudad, era molesto escuchar todas y cada una de las conversaciones de las personas, más en sima el rechinar de los carros y de los puestos comerciantes, no era nada personal, pero odiaba el ruido de la gente, esto combinado con que poseía una agudeza auditiva bastante notable lo cual solo aumentaba mi aislamiento frecuente.

El ruido siguio hasta que por un momento todo quedo en silencio las personas se habían detenido y en seguida el estruendo de un relámpago acaba con la poca paz que se había formado. El cielo se ilumino dejando ver las nubes que avisaban de una fuerte lluvia. Comenzaron a caer pequeñas gotas de agua, una por una hasta ir subiendo la rapidez con la que bajaban, como por arte de magia las personas se fueron, solo quedaban algunas corriendo con paraguas, y otras en auto.

Tome mi maleta y trate de cubrirla con mi sudadera lo cual fue inútil, ya que esta era demasiado grande, necesitaba encontrar un lugar donde resguardarme de la lluvia, comencé a correr tratando de que el agua no llegara a la cámara, el agua nublaba mi vista, corrí por toda la calle, y en el intento por esquivar un pilar, mi cuerpo termino estrellándose con otra persona que corría a contra sentido. Ambos tratamos de frenar, pero la inercia era demasiada, su cara y la mía colisionaron y ambos terminamos tendidos en el suelo cubierto por agua.

- ¡hey¡, ¿acaso eres ciego? - reclamo el tipo aun tirado en el suelo sujetando la parte del impacto con una mano.

Lo ignore para poder inspeccionar mi maleta y asegurarme de que todo esté en orden. Lo menos que quería en este momento eran problemas, ya tenía suficiente con la lluvia, y ahora esto.

"Hoy no es mi día, de eso estoy seguro"

- ¡Y en sima me ignoras¡- replico mientras se incorporaba, gran parte de su ropa se había mojado, y la lluvia lo empeoraba – no puede existir mayor idio... - se detuvo al notar mi estado.

-y-yo – no podía articular una sola palabra, todo lo que tenía dentro de la maleta estaba hecho un desastre, mi cámara estaba rota, el dinero y los documentos estaban a punto de deshacerse en mis manos, el agua había alcanzado a todos y cada uno de los papeles.

De mis ojos comenzaron a brotar pequeñas y delgadas lágrimas, trate de parar, pero fue envano, llevaba mucho tiempo conteniéndome y tratando de hacer lo mejor, aunque me equivocara una y otra vez, pero no podía aguantar más, tenía que desahogarme, y que mejor que con un extraño, una persona a la que no volvería a ver, y no tendría que dar explicación de nada.

-Está bien, no me dolió tanto- dijo el chico algo preocupado – ¿te encuentras bien? - pregunto al tiempo que se inclinaba a mi lado.

Yo en cambio, seguía llorando a lado de mi maleta y todo lo que tenía dentro. La lluvia seguía cayendo sobre nosotros, pero ya no importaba, todo estaba arruinado.

-Tranquilo, esto me pasa más seguido de lo que crees, ¿porque no-

-No importa- dije por lo bajo, interrumpiéndolo –solo es un montón de basura- cubrí mi rostro con las palmas de mis manos, estando con un extraño me sentía débil.

-Ven aquí, te llevare a un lugar seco- el chico tomo mi brazo y comenzó a levantarme, yo seguía llorando, incluso ahora con más intensidad.

No quería estar aquí, quería estar de vuelta en casa, por primera vez  quería regresar, nunca había problema con la mudanza, siempre cedía, pero ahora entendía que no quería seguir así.

El chico sujetó mi brazo y comenzó a caminar, pero no sin antes tomar mi maleta y llevarla en su otro brazo, por inercia yo también termine caminando. No sabía a donde nos dirigíamos, ni siquiera sabía que pasaría conmigo, ese tipo podía ser un asesino que estaba por terminar con una víctima más, sin embargo, no me detuve, seguí caminando con la mirada perdida, ya no estaba llorando, había terminado de sacar todo lo que venía guardando y, al contrario de lo que piensan, lo que sentí no fue alivio, sino un vacío interior, un vacío abismal en el que solo podría terminar cayendo.

-EDITADO-

Mr. Fear (Jungkook) || -Editando- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora