La Voluntad De Lily

01.- Cartas de Gringotts

Severus Snape no era un mal hombre, tampoco era uno bueno. Si había un color para definirlo sería "gris puro". Severus había amado una vez, y seguía amando a esta mujer con todo su corazón, o los fragmentos que quedaban de su corazón. Cada noche pensaba en ella y en lo diferentes que hubieran sido las cosas si tan solo no hubiera dicho aquel fatídico insulto.

Severus se engañaba a si mismo con eso, sabía en el fondo de su alma que ella no era para él...ella misma se lo había dicho, muchas veces, de distintas formas. Que ella sería siempre su amiga y lo cuidaría incluso cuando él pensara lo contrario.

Hubo un tiempo en que Severus se conformó con ser el mejor amigo y confidente de ella, fueron sus momentos más felices, cuando su amiga desafío a su hermana, a sus compañeros de casa e incluso al buen juicio que le decía que debía alejarse de Severus, ella hizo oídos sordos y permaneció a su lado. Y el no supo comprender la profundidad del amor que se le profesaba, que no era el que él deseaba, pero no por eso, menos importante y necesario.

Luego, ella salió de su vida y luego, desapareció de la tierra, aunque quedaba un pequeño fragmento de ella. Sus ojos verdes como esmeraldas seguían vivos y a veces lo miraban con odio y rencor bien ganado. Harry Potter, el hijo de su "archienemigo" de la escuela James Potter y su mejor examiga y amor platónico... Lily Potter, había heredado los ojos de su madre y su espíritu.

Severus sabía que estaba actuando infantilmente cada vez que molestaba al niño, pero no podía evitarlo, cada que lo veía, lo primero que veía en él era la cara de su padre, aquel que se llevó a su flor, pero él sabía que no había sido así, pero su mente se negaba a aceptarlo de ese modo. Y luego, en un instante, sus ojos capturaban los del niño y veía ahí a Lily, sus ojos mirándolo con rencor y algunas ocasiones, odio. Un odio infantil por cosas pequeñas, pero odio al fin.

Pero todo se contraponía con respecto a lo que el niño había hecho a pesar de ser un mimado egocéntrico buscador de fama. Derroto de nueva cuenta al señor oscuro, dos veces después de la primera vez cuando tenía un año, en su primer y segundo año en Hogwarts, libero a su padrino prófugo de Azkaban en tercero y nuevamente se enfrentó al señor oscuro en su cuarto año, saliendo ileso, aunque Cedric Diggory no podía decir lo mismo. Al final de este año escolar, la suerte por fin se le había acabado al niño. Su padrino prófugo había perecido por la varita de su prima Bellatrix, la lugarteniente de su "señor".

Luego de un shock y de destruir la oficina del director (Severus estuvo tentado de enviarle una caja de ranas de chocolate de forma anónima por cumplir su sueño reprimido de ver destruida la oficina de Albus), Harry Potter fue enviado de vuelta a los amorosos brazos de su familia muggle. Por lo que él recordaba de Petunia Evans, ella era una perra fría y envidiosa, pero quizás perder a su hermana la había suavizado. Además, su esposo quizás era quien consentía más al mocoso.

Cada noche era lo mismo, Severus tomaba un vaso de brandy añejo, un medio vaso de Whiskey aparte el fin de semana, se daba un baño de tina con el agua casi hirviendo y con hierbas relajantes y al final luego de haberse masturbado con sus recuerdos de su único amor, caía en la depresión y el autocastigo psicológico, diciéndose a sí mismo lo horrible que era como persona.

Pero esta vez apenas llego a la parte del brandy cuando llego un búho de color negro, casi ónix, tocando a la única ventana que había en las mazmorras, la de su habitación. Traía en el pico una carta de Gringotts con carácter de "inmediato responder". El búho ni siquiera se esperó a recibir respuesta y se fue volando, dejando a Severus con la carta y luego de abrirla, no dudo en porque el carácter de urgente. Dejo el vaso de brandy y se fue por flu a la oficina del director, seguro de que Albus Dumbledore tendría la misma carta en sus manos.

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Albus Dumbledore era un mago del lado de la luz, pero no siempre fue así. Un tiempo, el amor y la soberbia, sobre todo la soberbia, cegaron su juicio y estuvo a un paso de sumir al mundo, tanto muggle como mágico, en la absoluta oscuridad.