Mabel pensaba su respuesta, antes de soltar cualquier oración.
Algo dentro de ella le hacía sentir que si su respuesta fuese "No" no solamente le estaría mintiendo a su hermano descaradamente, sino a sí misma también.
Pero, ¿Por qué? Ella no gustaba de nadie que Dipper tuviera como opción, ella no gustaba de nadie, realmente.
Al menos eso creía conscientemente.— No, nadie — respondió con la mirada dirigida al suelo.
Dipper no respondió, ni si quiera un gesto o afirmación, dando lugar a un incómodo y silencioso camino de regreso a la cabaña.
Al llegar, Mabel se dirigió rápidamente a la cocina, donde tomó una taza del tío Stan, de esas grandes para café y metió a la pequeña zeta de un solo ojo.— Te cuidaré lo mejor que pueda — informó Mabel a la planta.
Llevó consigo la taza hasta la sala, donde se encontraban sus tíos y su hermano, quien contaba con asombro la anterior experiencia en el bosque.— ... entonces la trajimos a la cabaña porque Mabel tenía muchas ganas de conservarla, además de que creímos que nos ayudarías a cuidarla bien — narró Dipper.
La chica, sosteniendo la taza, extendió los brazos para mostrarla.— ¡Vaya chicos! Por supuesto que la cuidaré con ustedes — respondió el hombre.
Aunque la zeta ya le tenía mucha confianza a Mabel, comenzó a camuflarse un poco, pues no conocía esos rostros nuevos y mucho menos el lugar.El tío Stan se acercó un poco a la taza y miró fijamente.
— Ésta cosita me teme — dijo bromista.— Acaríciala suavemente y te dejará de temer — indicó el tío Ford.
— Descuida, es mejor que me tema a que me quiera — opinó — Bueno bueno, basta de tanta charla, ¡veamos películas juntos! — finalizó.
Entonces la chica corrió a su habitación y dejó a la pequeña planta cerca de la ventana y retornó a la sala.
Los gemelos se echaron al piso, y comenzaron a disfrutar de las películas.
Dipper reía y charlaba con sus tíos en el pasar del tiempo, se divertía y convivía con los familiares que más extrañaba durante el año.
Mientras que Mabel tenía el mejor de los ángulos, el más amplio panorama para admirar del disfrute de su gemelo.
Ella gustaba de verlo tan feliz, de verle tan alegre, mientras él lo fuera, ella también lo era, además de que gozaba de su compañía más que en cualquier otra época de sus vidas juntos.
"Esa sonrisa está presente casi en todo momento, y yo adoro el hecho de que no desaparezca ni por un minuto..." Narró la mente de la chica.
Sus pensamientos fueron cortados de un solo intento, pues su consciencia no permitiría esa clase de frases que se formaban tan fluidamente en su cabeza.
La punzante consciencia de Mabel no la dejó tranquila, no dejó de hacerla sentir culpable y "enferma" por pensar tales cosas respecto a su hermano.
Conmovida por la culpa, instintivamente se levantó de la alfombra y se retiró del lugar sin mirar a ninguno de los varones con los que estaba conviviendo y corrió a su habitación, dejando como estela un apresurado "tengo que ir al baño", llamando la atención, obviamente.Los tres pares de ojos se miraron entre sí, escuchando de fondo pasos acelerados por la escalera y un fuerte portazo provenientes de la planta alta.
Sin decir palabra alguna, Dipper, casi tan bruscamente como Mabel, se dispuso a perseguir a su hermana.
Mientras que sus tíos se quedaban un poco preocupados en la sala.Sin embargo, Mabel se hallaba en su cama, acostada y pensante, sobre aquellas palabras que su mente había dictado, casi como poema.
Y Dipper, quien ya sabía que su hermana no se encontraba en el baño, no tardó mucho en llegar a la habitación, tocó la puerta antes de entrar en su propia recamara. Era de esas raras situaciones en las que sabía que algo ocurría y no debía ser tan inoportuno.
ESTÁS LEYENDO
More than twins...
FanfictionLos gemelos Pines convirtieron el verano en visitas al Tío Stan y el Tío Ford desde sus trece años. Se cumplirían tres años consecutivos donde los chicos iban a pasar sus vacaciones veraniegas a la cabaña del misterio, y vivir más aventuras dignas d...