A la mañana siguiente, Mabel se levantó un poco tarde, encontrando la cama de su hermano tendida, y sin él en ella, obviamente.
Se dispuso a cambiar sus pijamas y prepararse para desayunar.
Una vez estaba lista, tuvo el deseo de acercarse a la cama de Dipper.
Se sentó en ella y frotó su mano contra la suavidad de la colcha que había sobre la cama. Trató de recargarse en la almohada, pero un crujido detrás de su espalda la sorprendieron, al instante sacó lo que había detrás de ella: una nota con un mensaje "Mabel, iré al bosque, estaré cerca de donde encontramos las Zetas Cíclopes, por si quieres acompañarme".Al terminar de leer, dió un salto de la cama y corrió hasta la salida de la cabaña.
- ¡Mabel! ¿A dónde crees que vas? - gritó el tío Ford desde la cocina.
- ¡Iré al bosque con Dipper, no tardamos! - respondió antes de dar un portazo e ir a paso muy apresurado hacia el bosque.
Mientras caminaba solo se preguntaba ¿Por qué iba? ¿Para qué? ¿Que no estaba confundida y necesitaba aclarar sus dudas?
Era una corazonada la que la obligaba a ir a donde su hermano, como anoche... Lo necesitaba aunque no fuera consciente de ello.Una vez cerca de los enormes árboles que conformaban el margen del bosque, se detuvo por un instante, dudosa de dar el siguiente paso. Pero sus acciones fueron controladas por una especie de ¿Impulso? Ahí se hizo presente su corazonada, nuevamente.
Caminó por algunos minutos hasta percibir el aroma tan dulce del día anterior.
Siguió el olor hasta encontrar a las zetas que se encontraban camufladas. Dió algunos pasos más hasta que a algunos metros de distancia, pudo ver a Dipper entre los árboles, buscando quién sabe qué en las ramas.Mabel se acercó lentamente, hasta que el sonido de sus pisadas la delató, haciendo que su hermano se percatara de su presencia y la mirara.
Al momento en que Dipper tuvo el reflejo de su hermana en sus pupilas, un escalofrío recorrió su cuerpo en cuestión de segundos, sus ojos se abrieron un poco instintivamente, un sudor cubrió las palmas de sus manos, y el recuerdo de anoche hicieron enflaquecer sus piernas.
- Por un momento sentí que no vendrías - dijo viéndola directamente a los ojos.
- ¿Sí? Yo también - respondió Mabel, quien trataba de aljera la mirada de esos ojos marrones que tenía menos de dos metros.
Necesitaba verlos, necesitaba apreciarlos más de cerca, pero no sería, jamás sería. Sin embargo, permitirse solo ver esos ojos una vez más, aunque fuese a una distancia que ella no quería, no sería un pecado.Entonces, continuaron mirándose de una manera muy íntima y profunda, hasta que uno de ellos se dignó en romper el silencio.
- ¿Y qué haces aquí? - preguntó Mabel, no permitiría mucho más esa conexión, pues si la continuaba, sabía que no resistiría mucho más.
- Oh, pues, busco hadas - respondió Dipper, mirando de nuevo a los frondosos árboles del bosque.
- ¿Hadas dijiste? - cuestionó.
- ¿Sabes? El tío Ford hablaba de Hadas en el diario todo el tiempo, pero jamás menciona que las haya encontrado o algo por el estilo. Entonces recordé que el verano pasado le pregunté a los gnomos sobre ellas y me dijeron que rondaban cerca de las Zetas Cíclopes, pues las protegen de los cazadores cada que tienen oportunidad. Pero, afortunadamente ya ningún cazador busca Zetas Cíclopes, nadie las conoce, ya sabes, lo de la comunidad del ojo cegado, así que intuyo que no solo las protegían de cazadores, también de cualquier peligro, podemos intentar llamar su atención y siendo sincero sí tengo muchas ganas de ver una - contó Dipper, caminando entre los árboles, buscando con la mirada en las ramas.
Mabel le seguía y escuchaba atenta.
- Pues ya me entusiasmaste, tenemos que encontrar una - dijo con ánimo.Dipper respondió con una sincera sonrisa.
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More than twins...
FanficLos gemelos Pines convirtieron el verano en visitas al Tío Stan y el Tío Ford desde sus trece años. Se cumplirían tres años consecutivos donde los chicos iban a pasar sus vacaciones veraniegas a la cabaña del misterio, y vivir más aventuras dignas d...