Cuadernos viejos

Él

Él había pasado día si y día también ante mis ojos, pero yo nunca me había percatado de su presencia, pues mi cabeza estaba en otros asuntos...
Yo perseguía con mis ojos a otra persona, a otra persona que por desgracia ni si quiera sabía que yo existía, pero ¿que se le va ha hacer?,el amor es así...
Tu no eliges de quién te enamoras y para colmo te quedas totalmente ciego y sordo, no ves, escuchas o sientes al resto del mundo...
Eso me había pasado a mí, hasta aquel día en el que se le ocurrió hacer un comentario cerca de donde estaba yo, algo que abrió mis ojos a un nuevo mundo de color, ese que me estaba perdiendo debido a la ceguera...
Mi corazón antes envuelto y moribundo, se empezó a reanimar mientras sus ráidas y viejas vendas caían poco a poco, todo lo que nunca antes me había gustado de mi repugnante y angustiado anterior ser, empezaba ha gustarme...

Si, el había curado no solo mis ojos y mi corazón, si no, mi enferma y obsesiva mente...

Todas esas veces que antes me había dicho NO a mi misma, ahora gritaban un alto y claro SI PUEDES...

Toda mi tristeza antes maquillada de conformismo se había transformado en alegría...

Todo era más bonito, el cielo más azul, las nubes más esponjosas, las flores más bellas, la hierba más verde, mi cuerpo más perfecto, mi cabello más suave, mis ojos más hermosos...

Y sobretodo, mi mente, ya no sentía ese pequeño agujero negro situado al lado izquierdo de mi pecho devorando lo todo,
si no que, notaba un pequeño unicornio dando pequeños golpes..
Las pirañas que devoraban mis intestinos y mi estómago ahora eran pequeñas mariposas que reveloteaban y me hacían cosquillas...

Él fue aguja que suavemente y con hilos finos de seda fue recosiendo las profundas heridas de mi alma quién con un poco de arcilla remodeló mi mente y quién en finas sábanas envolvió mi corazón...

No se si por desgracia o por suerte, pero me enamoré de aquel anteriormente ignorado ser...

Ahora tenía miedo, pues no quería que mis errores se volviesen a repetir...
Pero poco a poco razoné y me di cuenta de algo realmente importante

¿Había estado antes enamorada?

No, antes me había fijado en los físicos, pero ahora estaba enamorada de una mente...
De una persona, de una amabilidad, de una pícara gracia y una inocencia...

Eso fue lo primero que me gustó de el, su esencia, no su físico...

Más tarde empecé a fijarme en su bonita envoltura, pero lo que a mí me gustaba era el caramelo...
Un caramelo que quizá a ojos del resto no está envuelto en el más bonito o atractivo de los papeles, pero su interior era simplemente indescriptible para mí...

Lastima que él nunca llegó a sentir algo si quiera parecido a esto, que solo es una más de las mil y una letras que le dediqué...