Be arrogant. ICHIRUKI //Adaptación\\

Capítulo 8

Strawberry Return

Rukia

Nos encontrábamos sentadas en el kotatsu frente al televisor, al que habíamos terminado por convertir en nuestra mesa especial para trabajar, con mi laptop encendida frente a mí navegaba en la red en las tiendas en línea que según Orihime serán nuestras principales a vencer.

-Nada mal, nada mal. Las ventas van que vuelan, y sus pedidos se amontonan a cada segundo- dije mirando su barra de pedidos.

Después, cerré la página y entre a la nuestra. "Be arrogant"

Tenía altas expectativas en nuestras ventas, tan pronto llegamos a casa el dia de la sesión de fotos había comenzado a editar nuestro sitio web, con preciosos tonos turquesas y violetas, el título con una combinación de naranja y blanco. La página resultaba atractiva a la vista y las fotos de Orihime lucian -debo admitir- bastante bien. Pero a pesar de todo el resultado era todo lo contrario a lo que esperaba.

¿Eso era correcto? ¿Acaso el sistema estaba dañado?

Los ceros que reinaban el recuadro de pedidos era para nada alentador.

Debo admitir que tenía la pequeña esperanza de que los pedidos comenzarán a llover en cuanto subiese las fotos.

-Nuestra tienda está siendo demasiado arrogante.- suspire- y demasiado silenciosa.

En eso el teléfono comenzó a sonar.

Orihime y yo nos miramos emocionadas y ella descolgó rapidamente.

-Precios razonables y una gran calidad, ¡Sea usted misma, esto es Be arrogant que se encargará de su ropa!

Orihime respondió a unas preguntas sonriendo y con alegres "Sí", pero entonces me miró con decepción.

-Agh, debe ser otra oferta de publicidad...

-Si, realmente queremos hacerlo pero no tenemos suficiente dinero. Gracias.

Orihime colgó y en ese instante su estomago gruño, su rostro se sonrojo y se quedó mirando al piso, yo me recosté en el suelo y mi estomago hizo coro al suyo, refunfuñe.

-Ni siquiera podemos gastar dinero y siempre tenemos hambre. Prepara la cena.- Me levante- olvídalo, mejor pide una pizza.

-¡Dijiste que dejarías de fumar!- Orihime me miró de forma acusatoria.

-Solo maneja el negocio- conteste saliendo de la casa, agregando en voz baja- no dejare de fumar, pero dejaré de beber.

Subí las escaleras que se encontraban al costado izquierdo de la casa lentamente. En la azotea ademas de los lazos donde colgábamos la ropa limpia a secar y unas cuantas macetas había un pequeño cuarto que servía para guardar las cosas de Ichigo. Me sorprendió que la puerta no estuviera cerrada con llave,  sin darme cuenta empece a morder mi labio inferior.

Dentro pegado a la pared había muchas bolsas llenas de cosas de Ichigo, en el suelo habían tres platos vacíos de ramen instantáneo y una cosa arrugada sobre el futón. La levante con cuidado, olía a que no lo lavaban hacía semanas, era una sudadera negra. Una sudadera demasiado familiar.

Hasta ese instante fue cuando sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca.

Aleje cualquier idea de mi cabeza sobre si Ichigo había decidido volver de una vez por todas y salí del cuarto. Fuera me acunclille cerca de la maceta donde florecían hermosos claveles blancos y la levante con cuidado sacando de debajo una cajetilla de cigarrillos de menta y un encendedor.