Capitulo 9:

279 29 2
                                    

Su mano es 10 veces más grande que la mía pero aún así intentamos entrelazar nuestros dedos, él pega su frente a la mía y sin darme cuenta, al abrir mis ojos... es él, de nuevo, mi Vegeta de carne y hueso. Lo abrazo por la cintura y dejo descansar mi cabeza en su hombro, me hace pequeñas caricias en mi cabellera lacia y azul, recuesta su cabeza en la mía y creo que pasan segundos, minutos... horas, y no me importa. En ese momento descubro que la vida vista desde los brazos de Vegeta, mi Vegeta; es tan rosa cómo las flores de aquel sueño. Ahora caigo en cuenta por que soñé con esa bestia, era una premonición. Algo trataba de decirme el secreto de mi Vegeta. Pero nada me importa, lo amo tal cual y esto no me hace verlo diferente, lo veo con los mismos ojos que hace unas semanas...
-Te tengo un obsequio. - me dice interrumpiendo mis pensamientos.
-No tienes que darme nada, no es necesario. - acarició su mejilla y quiero besarlo pero vuelve a interrumpirme...
-Insisto. - me dice mientras se aleja y va por la bolsita que traía con él. - toma, sé que lo querías. - me entrega la bolsita y sonrió de lado curiosa... << oh por Dios >> al abrirlo, está ahí... el brazalete que ví hace unas semanas recién llegando a ciudad Satán.
-¡Vegeta! ¿Cómo sabías? - él se encoje de hombro y me ayudó a ponerlo.
-Dime que te gustan - afirma mientras acaricia mis manos.
-¡¡Me encanta!! - ahora sí no puedo evitarlo y me lanzo a él para abrazarlo... él me toma con sus dedos mi barbilla y en un sensual movimiento se acerca a besarme, lo hace tan lento que mi piel se estremece... el sabor de sus labios es el mejor que el de cualquier pastelillo de cereza. Su saliva es dulce y tibia, chupa uno a unos mis labios y los va soltando lentamente con sus dientes haciendo que una pequeña corriente de electricidad recorra mi espalda.
-Quiero que vengas conmigo a mi casa. - asiento y tomo su mano mientras caminamos a las entrañas del bosque. Una pequeña cabaña de madera al pie del mismo río, es a donde entramos. No puedo con mis impulsos de ver algunas fotos en la pared. Tarble y Vegeta son como dos gotas de agua. Es impresionante. Un hombre de aproximadamente 40 años, un Vegeta de 40 años con barba puedo deducir que es su padre, tomado de la mano de una bella mujer de cabello muy largo y negro... tan negro como el de Vegeta. << Es un honor conocerlos >> pienso mientras acarició el marco de la foto y Vegeta me abraza por la espalda y susurra con sensibilidad en mi oído...
-Te deseo, Bulma... - esas tres palabras hicieron que la parte baja de mi vientre se contraiga. Él me gira, me apoya en la pared y me besa, me besa con hambre... hambre de mí, y no puedo ocultarlo... yo tengo hambre de él, hambre de Vegeta. Se quita la playera rasgada y me deja sentir con las yemas de mis dedos uno a uno sus abdominales y su fuerte pecho. De un golpe me levanta y me carga en su cadera, haciendo que mis piernas lo abracen y sentir levemente su hombría. Jadeo muy bajito al sentirlo... subimos hasta su habitación y me deja caer en la cama con él encima, se frota levemente con mi entrepierna y me hace gemir...
-¡¡Ahhh!! - me estremesco... me contraiga y trato de relajarme mientras me quita la blusa y el sostén, liberando mis redondos pechos y mis pezones ligeramente alargados. Puedo notar su sonrisa maliciosa, se inclina y chupa de mi pecho izquierdo...
-¡¡Vegeta ahhh!! - me sorprende y gimo más alto... su jodida lengua, es perfecta en una danza con mi pezón tan hinchado y erecto... tan duro. Me muerde un poco al irlo soltando y repite lo mismo con el pecho derecho... creo que puedo tener un orgasmo con esto... << ¡¡Mi Dios!! >>
-Sabes tan bien, Bulma... - me dice entre jadeos y baja besando mi abdomen... << ¡No! Ya se a donde se dirige... ¡¡Ahí no voy a resistir!! >> Jadeo inquieta, sintiendo ni cuerpo tensar... ¡¡Mierda!! Sabe cómo mover su maldita lengua... desabrocha mis jeans usando solo los dientes y me desliza por las piernas el pantalón y mis bragas... besa mi vientre... << ¡¡No, Vegeta!! Me voy a venir y ni siquiera ha empezado >> besa mi monte de Venus y arqueó mi espalda...
-Ohhhh ¡¡Vegeta ahhh!! - gimo más alto y acarició su cabello... no se ya como describirlo... separa mis labios vaginales con su lengua hasta que hace mover mi clítoris palpitante... lo mueve... Dios lo mueve con la punta de su lengua y no creo poder más...
-¡¡¡¡Mierda Vegeta!!!! Me vengo ahhhhh - no puedo y lo hago, lo hago como nunca antes y él gime de placer.
- Eres una delicia. - me dice jadeando y desabrochando sus jeans. Todo es oscuro para mí pero veo su pene erecto, apuntandome, su glande brillando y un poco de vello alrededor de la base. Y en ese momento, recuerdo que nunca antes lo había hecho...
- Ve.. Vegeta... ahh espera, yo nunca... - pone su dedo callando mis gemidos y me da un dulce beso...
- No te preocupes, yo se lo que hago. - se acomoda entre mis piernas y raasga con sus dedos un paquete negro con detalles en plata y saca algo transparente. Sus manos se pierden entre nuestros cuerpos, las regresa al instante y las deja a los lados de mi cabeza. Despacio siento algo separarme los labios vaginales, algo duro pero suave, como si metiera en mi un metal cubierto de seda... sus gestos, es hermoso jadeando y sudando por mi y...
-¡¡¡¡¡AHHHHHHHH!!!!! - su tamaño y grosor son indescriptible, definitivamente él no es de este mundo... se mueve de adelante hacia atrás marcando un ritmo delicioso, siento que la punta de su pene destruye el himen, me hace estar empapada alrededor de él y más con cada embestida.
-¡Oh por Dios, Bulma! - gimotea en mi boca son dejar de moverse... lágrimas caen por mis mejillas, pero son de placer, placer puro... lo hace tan rápido que la cama chilla a nuestro ritmo... mis pechos se mueven bajo su cuerpo... no, no podré más...
- Ahhh ¡¡Bulma, me vengo!! - y lo hace, rugiendo por mi... y yo por él. Sin darme cuenta que he terminado al mismo tiempo ... siento un enorme vacío cuando sale de mi y se recuesta a mi lado, abrazándome con ternura y no dándome cuenta cuando caigo en un sueño profundo junto a él...

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora