La familia Kunikida.. estaríamos hablando de los mejores magos en toda la región, llena de riquezas y tesoros que ellos mismos han conseguido a lo largo de su vida, claro que todo ese botín será heredado a la menor de la familia, Hanamaru, aún en sus estudios de magia claro, pues con quince años no se podría ir a recorrer el mundo sola.
Como era normal -al menos para la familia Kunikida- van a un bosque cada día a cazar presas, pero la pequeña Hanamaru se ofreció a ir sola, pues según ella, estaba lista para ir de cacería, a lo que su familia acepto de inmediato, nuestra protagonista salió de casa con su varita mágica de clase B, al bosque llegó y a lo profundo pasó, para su mala suerte, una nube grisácea se poso justo arriba de ella, gotas pequeñas comenzaron a caer, en unos segundos, una gran llovizna empezó.
Gracias al buen oído de Hanamaru -Fríamente entrenado- escuchó como un aullido combinado con llanto, corrió rápidamente donde provenía el llanto, de un tronco completamente hueco, un roble para ser más específicos, se había asomado ligeramente y vio una cría de lobo humano con una cadena en su cuello, una pequeña niña de cabello rojo al igual que su cola y orejas, Hanamaru la tomó en brazos delicadamente, asustando aún más a la pequeña, parecía bastante asustada por algo que había pasado recientemente, nuestra protagonista volteo a un lado, viendo dos cadáveres de lobos de un tono magenta, a lo que la anteriormente mencionada tapó los ojos de la pequeña, suponiendo que eran sus padres.
La Kunikida fue revisando a la pequeña, quién curiosamente desconocía su nombre, ya que estaba lo suficientemente asustada para no hablar y solo gimotear del miedo, a lo lejos se pudieron escuchar voces de hombres, quienes parecían buscar algo, eran cazadores en busca de pieles de animal para venderlas y ganar plata. Hanamaru comenzó a correr con la cría en sus brazos, sintiendo como si la estuvieran persiguiendo, unos hombres se pararon frente a ambas apuntándoles con armas.
???: ¡Danos a la cría, o de lo contrario tu también moriras!- Con su voz grave dijo apuntando con su dedo a la pequeña cría, quién se aferraba a la ropa de Hanamaru mientras ponía su pequeña cara en el pecho de esta escondiéndola, nuestra protagonista castaña miró al hombre con rabia, a la par que protegía a la pequeña.
Hanamaru: ¡Si la quieren tendrán que pasar por mi cadáver!- Les gritó a los hombres y sacaba su varita y apuntar con esta a los contrarios, mientras que con un brazo protegía a la pequeña pelirroja como si de su propia hijita se tratara.
Al escuchar esto, los hombres corrieron a las dos únicas feminas del lugar, a lo que la mayor de las dos hacía que de su varita emergiera una luz azul, lanzando un hechizo a estos, mientras que con la chiquita, estaba llorando desesperadamente del miedo, aquel hechizo había llegado a los hombres, asfixiando estos temporalmente, aprovechando la oportunidad, Hanamaru salió corriendo donde su hogar con la pequeña en brazos, mientras corría, trataba de tranquilizar a la pelirroja.
Minutos después, llegaron al hogar de la castaña, le mostró a su madre la pequeña, claro que ella se ofreció a revisarla bien, ya que se veía muy maltratada y lastimada, claro que también deberían conseguirle ropa, lo que tenía puesto eran literalmente trapos viejos que le quedaban como capa. Después de revisarla completamente y ponerle ropa nueva, la irían a interrogar.
Hanamaru: Madre, ¿Nos podrías dejar a solas un poco?- preguntó la castaña y su madre asentía con la cabeza y se retiraba de la habitación tranquilamente meditando el por qué la necesidad de echarla de ahí.
La castaña procedía con su interrogatorio a la pequeña, quién parecía un poco muy pequeña como para hablar con claridad.
Hanamaru: Bien, pequeña, primero que nada, ¿Podrías decirme cuál es tu nombrecito?- con una sonrisa tranquila preguntó para no asustar a la chiquita.
???: Nombre.. Ruby.. Ruby es mi nombre.
Respondió tímidamente la pequeña cría pelirroja, un tono bastante bajo para ser sinceros, sus orejas se dirigían hacia abajo y su esponjosa cola se iría entre sus piernas por su gran nerviosismo, los únicos con los que de verdad podía hablar era con sus padres, ahora que ya no están iría perdiendo su confianza a las personas del mundo exterior.
Hanamaru: ¿Ruby huh? Lindo nombre pequeñita- comentó y le acariciaba la cabeza a la mencionada, provocando un rubor en la pequeña acariciada- ¿Me puedes decir tu edad?- volvió a preguntar con una sonrisa a lo que pequeña Ruby respondió.
Ruby: Ruby.. Ruby tiene ocho años- sintió mariposas en su pequeño estómago, estando en las piernas de Hanamaru y siendo acariciada por esta.
Una nueva integrante en la familia se les había unido, estarían felices por la llegada de la pequeña, claro que ahora dependía de Hanamaru que siguiera con vida, pues fue quién la salvó después de todo y tomaría la responsabilidad de criarla como se debe, claro que la familia Kunikida no tendría tiempo para niños pequeños como Ruby, pues están muy ocupados con sus trabajos y estudios, incluyendo a Hanamaru, a lo que decidieron adelantar su desarrollo mental y físico con un hechizo no dañino claro.
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|| Magia, criaturas y amor || [LLS]
FanfictionLa familia Kunikida, una familia reconocida en su región por su alta manipulación de la magia, Hanamaru Kunikida, la heredera de su familia, muchas riquezas, tesoros y recompensas sin mover ni un dedo. Una tarde lluviosa y curiosamente tenebrosa, se...