Capítulo 3: ¿Qué es lo que pasa?

11 0 0
                                    

Mis huesos crujen, mi corazón reduce sus latidos y absolutamente me arde, pero por más que grito no reduce ni un poco el dolor que siento.

¿Qué esta  pasando?

Siento como si estuviese esforzándome por algo que no estoy seguro de lo que es.

Por más que estuviese exhausto no puedo desmayarme o quedarme dormido, hasta que caigo y no se en que momento, ya que no veo nada. Todo esta pasando muy rápido y a la vez muy lento. Pero todo para.

¡Despierto en mi cama! Sudado, exhausto y sin ganas de nada, (como es típico de mí).

Hago un esfuerzo por levantarme pero es inútil, no puedo. Ni articular una palabra se me es posible.

Después de unos 30 minutos consigo hacerlo. Salgo de mi cuarto algo jorobado, pues me pesaba todo el cuerpo y con esfuerzo bajo las escaleras.

—¡Se te va hacer tarde hijo! —Dijo mi madre cuando sintió que yo estaba por sentarme en la mesa.

Y de hecho eso hice, pero más para descansar que para tomar mi desayuno.

—No me siento bien. —Dije eso también con esfuerzo.

Esfoja una pequeña carcajada mientras preparaba mi desayuno y dice.

—Qué gracioso. Eso no es lo que regularmente dice. Lo tuyo es: (¡Sí, ya sé! ¡No tienes que decirlo!). —Lo dijo mientras intentaba imitar mi voz. —Sabes nadie le gusta trabajar pero (...)

Mi madre al girarse hacia mi, grita un alarido de terror y en el proceso tira el desayuno. A lo que mi reacción es decir...

—¿Qué pasa?

—¡¿Tú rostro David?! ¿Qué le paso?

—¿Mi rostro? —Digo confundido.

Me siento en la silla, ya que por la alteración de mi madre me levanté.

—No estas muy grande para hacer esa bromas.

Mientras yo comía mi desayuno mi madre me veía desconcertada e intentando buscar una respuesta. Después de eso me dijo que no iría a trabajar y llamo por teléfono a mi padre. Acabando eso y antes de salir de casa y sin decirme nada a donde íbamos, me tapó el rostro con una gorra y un cubre bocas, salimos de casa.

Mientras manejaba un tanto alterada y sin dejar de verme, llegamos a la escuela de mis hermanos.

Espere en el carro y unos 30 minutos después salió con mis hermanos. Subieron al carro y sin decir nada regresamos a casa. Nuestro padre estaba en la sala esperando y en ese momento mi madre nos hace sentarnos en el sillón.

—¿Qué pasa Elizabeth? ¿Porque sacarme del trabajo? —Exclama nuestro padre hacia nuestra madre.

—¡David descubrete  el rostro!

Toda mi familia se queda impresionada por lo que ve. No decían nada solo se limitaron a observarme. Asustado digo.

—¿Hay algo malo en mi?

Mi hermana de 12 años viene hacia mi y con una expresión sorprendida en su rostro dice tocando mi mejilla derecha.

—¡Te ves más joven!

—¿Qué? —Pronuncio confundido.

Mi madre me pasa un espejo portátil y quedo boquiabierto. ¿Qué era este aspecto que tengo? Luzco como cuando tenía 15 años.

—¿¡David!? —Pronuncia nuestra madre. —Te vez exactamente igual cuando saliste de la secundaria.

A lo que volteo al muro que tenia detrás, exactamente al cuadro enmarcado de hace 3 años.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una vida más sin pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora