Capitulo 2: ¿Quién soy?

22 1 0
                                    

Podríamos decir que parte de mi vida se enfocó en imaginar el futuro. Eso fue hace mucho, exactamente cuando tenia entre 5-10 años. Y la otra parte quería que no acabara jamás.

Creía que jamas crecería, que nunca acabaría la diversión y que sería siempre un niño.

Pero cuando menos te das cuenta tus amigo, tus primos y tus hermanos están avanzando, mientras tú estás atascado, y lo peor es que no sabes porque sigues ahí.

Esta mal cuando nada se siente bien.

Siempre pensando que existe el mañana para solucionar un problema que solo tú lo vez.

Pero, a quien pedirle ayuda sí sabes que cuando lo digas te cataloguen como un loco. Y es que entre más lo guardamos, sabes el porque estamos así pero no podemos decirlo.

Mi problema es el ¡Tiempo! Aquel que no se detiene ni deja pensar lo suficiente, y peor aún, no puedes contar con él.

¿Pero porque odio al tiempo?

Porque yo tenía algo que me hacia feliz, algo que me arrepiento de no haberlo disfrutado más.

Y después de la secundaria mi vida y mis emociones cayeron en una ansiedad por recuperar el pasado.

Aunque no acepte al tiempo, tenía que avanzar. Entre a la Preparatoria pero no encajaba. No se porque yo le agradaba a todos en el salón pero ellos a mi, (¡no!). Había algo que no veía pero tenía esa sensación de que ese no era mi lugar.

Me salí de la Preparatoria por primera vez. Digamos que fue un año sabático. Y durante ese año solo hubo una cosa que hice, comprarme una guitarra, pero no fui a clases de guitarra ni nadie me estaba enseñando, todo lo tuve que aprender solo.

Encerrado en mi habitación por un año completo, me inscribí a una nueva escuela. Parecía pintar bien. Ya que los talleres eran artísticos al menos la mayoría.

Entonces sucedió de nuevo. Nada era como lo esperaba ¡NADA! Hice uno que otro amigo y novia, pero aunque tenía todas las ganas de seguir, ¡nada! otra vez sentía que algo me faltaba y ¿NO SÉ QUÉ?.

Sumando otro año más que no encajaba en ningún sitio. Estuve encerrado en mi habitación otros dos años diciendo, exclamado y a veces maldiciendome por haber desaprovechado las oportunidades.

Y fue hací durante 3 años hasta que mi abuelo paterno hablo con mis padres. Ya que mis padres podrían haberme mantenido por toda mi vida. Mi abuelo que era humilde pero con toda la intención de ayudarme, me llevo a trabajar en su pequeños local de electrónica.

Así regresamos al presente.

Una vida más sin pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora