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"Dime que me amas, átame a ti, aférrate a mi, seamos uno, porque puede que nuestro miedo sea mutuo, pero el amor también lo es, asi que no temas, porque no todos los locos están en un manicomio."
- begin

Todos tememos, todos lloramos, todos sentimos, todos tenemos un punto débil al cual, llamado popularmente como el "Talón de Aquiles", en algunos casos, es fácil acceder a éste, en el caso del joven Min Yoongi, su punto débil, no está en él, su punto débil se haya más lejos de lo que todos pueden imaginar, haciendo que su talón de Aquiles, sea inexistente para el mundo. Él es callado, asocial, un chico no muy agradable, y todos creen saber el porqué: puede que haya sido abusado en su infancia, tal vez esté mal de la cabeza, o váyase a imaginar qué cosas dicen los demás de él. Sin embargo, la verdad es que, únicamente él sabe el porqué de su ser tan extraño a la vista de los demás, porque solamente él sabe lo jodido que está y que no puede hacer nada contra ello.

Min Yoongi, sí, él está jodido desde que entró en aquel instituto lleno de niños ricos, chicos que según él, eran inferiores. Cara larga, mal humor, solitario, odioso, desinteresado, repugnante, así se referían a él sus compañeros de clases, pero no desde siempre fue así ¿Sabes? Es cierto que uando el pequeño Yoongi sólo era un niño, al igual que ahora, él era visto por todos como el raro, "jamás te acerques a él". Pero a pesar de todo, él era feliz, él tenía una sonrisa sincera.

La maestra había dicho que tenían que escribir una carta para el día de las madres, todos los niños se pusieron a trabajar, pequeñas manos se movían por todo el lugar buscando colores, crayolas, brillantina y hasta flores. A lo lejos, en un rincón, se encontraba la mesita más alejada, ahí estaba él, se sentía extraño, pero aún así se levanto de la silla y se dirigió hacia las mesas donde estaban los materiales, tomó una hoja y comenzó entusiasmado a escribir. Para tener sólo 8 años, tenía la caligrafía más linda del salón, podría decir que él destacaba en eso y muchas cosas más, era un niño que cualquier padre estaría orgulloso de tener como hijo.

- Yoongi, cariño ¿Qué estás haciendo? - le pregunto con un tomo dulce.

- E-estoy haciendo la carta... Mamá se sentirá muy bien cuando vuelva, le tendré muchos regalos. Espero que vuelva pronto, yo la extraño mucho.- su voz era tierna, sus ojos miraban a la joven maestra la cual estaba un poco mal por lo triste que se veían los ojitos del pequeño.

- Maestra, ¿Por qué Yoongi está haciendo una carta para el día de las mamás? Él no tiene mamá, él no puede hacer la carta sino tiene a quien entregársela.- Uno de los niños de la clase intervino en la conversación, con un comentario bastante doloroso para el niñito que con mucho entusiasmo a había estado escribiendo para su madre.

La maestra no dijo nada, no sabía como responder a lo dicho por el otro niño, sabía que era la verdad, y no le podía decir a Yoongi que su madre volvería por él, porque él a pesar de ser un niño no podía vivir en una mentira tan grande. No se podía tapar el sol con un dedo.

- ¿Qué dices? Mi mami está en un viaje muy importante, pero ella volverá, estoy seguro, yo confío en ella... - dijo ilusionado, creyendo que su mamá en serio volvería porque así le había dicho.

- Yoongi... Creo que tu mami no volverá. Mi papi dijo que tú debías asistir a un médico porque tu mami había muerto, yo lo oí, ellos me preguntaron si habías venido a clases. Pensaron que estabas triste. - Dijo el niño en completa inocencia, sin saber como repercutirían esas palabras que desde su punto de vista eran inofensivas, no era más que las cosas que había escuchado de la boca de sus padres.

- ¿Qué? No. No. Eso no es así.
Mami volverá, ella me lo dijo cuando estaba enfermita, ella me dijo que harían un viaje para ir a donde la curarían, y ella volverá para darnos amor... Ella no está muerta, no digas eso.- los ojos del niño se cristalizaron, él no iba a creer eso, aún así le dolía que su compañerito pensara eso y lo hiciera sentir mal.

Él solo hizo silencio, en ese momento al pelinegro le pasaban muchas cosas por la mente, tratando de no creer aquellas palabras que había dicho el otro niño hace algunos minutos, le había dolido, sí, pero él tenía fe en que su mamá volvería por él y se lo llevaría lejos de todas esas personas malas.

Pero para su mala suerte, la fe no siempre es suficiente, jamás lo fue...

El niñito temía a muchas cosas, pero nada le asustaba más que el hecho de imaginar que las palabras de su compañero podrían ser ciertas, y sin darse cuenta, unas pocas lágrimas cayeron por sus levemente rojas mejillas, sus ojos estaban tristes y no eran característicos del pequeño. Comenzó a temblar, con la hoja y el papel en sus manos, su compañero estaba ahí, mirándolo, con una pequeña sonrisa, seguramente de lastima. Ese día transcurrió en un instante para el pequeño Yoongi, algo pereció haberse roto en su interior, era muy joven para sufrir la pérdida de alguien así ¿No? Él no era consciente de todo a su alrededor, pero quería descubrir si es que ella le había mentido al decirle que volvería, al decirle que todo estaría bien. Yoongi no sabía que debía hacer o como debía sentirse con respecto al tema, lo único que el pelinegro deseaba era que todas las cosas dichas por parte de su compañerito de clases fuesen sólo una mala broma.

Él jamás tuvo amigos con los cuales jugar, con los cuales sentirse a gusto, no lograba entender que hacía mal, pero la única verdad era que él no estaba haciendo nada mal, lo único que estaba mal ahí era ese apestoso mundo lleno de personas malas, sí, personas muy malas, las cuales sólo querían hacerlo sentir mal, pero él no se los permitiría, ni muchos menos les daría el gusto de verlo algún día soltar una lágrima por alguna de sus palabras, y ese día se lo prometió a sí mismo, porque él era lo suficientemente grande para dejar de llorar, él sólo quería dejar de ser débil y que sus compañeros no lo lastimaran con palabras. Él prometió no volver a llorar, no volver a mostrarse débil frente a ellos, frente a nadie, solo el podía ser capaz de saber que tan mal estaba, que tan bajo podía llegar o hasta cuándo sería capaz de aguantar toda esa mierda.