La Sicaria Del Mar [Kid x Oc]

La Sicaria Del Mar VIII

Con aquel robot entre sus manos se tensó al escuchar aquella voz, con lentitud giro su rostro encontrándose el cuerpo contrario en las penumbras, notando el fuerte brillos de los ojos rojizos, atravesando su cuerpo.

"Yo..." rápidamente dejó el pequeño robot en aquella caja y se giró completamente.

Vio como el mayor cerró la puerta y avanzo a la habitación, acercándose a la chica, como asechando a su presa, ella dio un paso atrás cuando estaba a menos de un metro de su cuerpo.

"¿Tu?" Preguntó, serio mirando lo que dejo en la caja. Alzó una ceja.

Ella niega y él da un paso mas.

"Estas invadiendo mi espacio personal" habló colocando una mano en el pecho desnudo del mayor, deteniendolo.

"Tengo el derecho a hacerlo, tu has invadido mi privacidad, digamos que estaremos a mano" alzó su mano y la posicionó sobre la de la chica, acariciándola suavemente.

"N-No..." negó con su cabeza e intento de apartarse. Sin alcanzar a lograrlo, pues el mayor la sujeto por la muñeca y su cintura, acercándola.

"¿No?" Alzó una ceja viendo lo pequeña que era la chica en sus brazos, sonrió de lado. "¿Por qué no?"

"Porque te tengo que matar"

A pesar de que tuvo algunos arreglos, su plan iba a la perfección, lo único que debía hacer era seducir al chico, fingir que se iba a acostar con él y cuando este tuviera la guardia baja, lo iba a juzgar con su guadaña.

La risa del mayor no se hizo esperar.

"¿Matarme?" Su respiración chocó contra su rostro. Ella asintió.

"Si haces eso, dudaré y no te podre matar..."  contestó, algo distraída.

Hubo un silencio, realmente Kid no sabía con exactitud lo que hacia, nunca le intereso una mujer en su vida y justo ahora, aquella chica, de la que no sabia nada, ni si quiera su nombre.  Le atraía, mucho, demasiado. Tanto asi que la quería para él. Que ella fuera solo suya y de nadie más.

No. Esta mintiendo. Si hubo una mujer que le llegó a hacer sentir todo esto, una chica que su mente se negaba a recordar.

Soltó la mano con la que retenía la muñeca de la chica y la colocó detrás del cuello de ésta.

Ella lo miró expectante, sintiendo su corazón acelerarse ante esto.

"¿Me va a besar...?" Pensó y su respiración se detuvo ante esto. Notó como él miraba su expresión y sus labios.

Y ante lo que ella creyó, que iba a ser besada e intentada de ser tomada a la fuerza, como todas sus anteriores víctimas ya muertas hicieron alguna vez. Con aquel pelirrojo fue distinto.

"Pero... si te beso, estaremos a mano" le refutó. "Entonces, ¿Puedo besarte?"