Capítulo 23

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Un mes después

Estaba yendo a casa de los padres de Thomas y sinceramente, tenía miedo. Dakota e Ian estarían ahí, los volvería a ver después de la boda. Lo cual me ponía más nerviosa. ¿Serían felices juntos?

Me había arreglado lo que más había podido y sin embargo, me seguía sintiendo fuera de lugar. Era incómodo. Cuando llegamos, nos recibieron muy formales.

—Buenas noches, Mer. Bienvenidos —dijo el padre de Dakota, William. Él siempre había sido muy amable conmigo, aunque en aquel momento de mi vida, no era precisamente mi persona favorita en el mundo.

—Buenas noches, Will. Es un placer estar aquí —no lo era pero debía ser cortés con la familia de mi… mi ¿novio?

Entramos a casa y nos sentamos en la enorme sala. Aquel lugar parecía fúnebre y oscuro.

—Ian y Dakota llegarán en breves momentos y para así dar lugar a la cena —avisó May —la madre de Thomas y Dakota—.—¿Cómo estáis?  

—Muy bien, May. ¿Tú cómo estás?

—Estupendamente, querida América —dijo sin sonar convincente. Miró hacia a los dos lados y preguntó —¿Cuál es la noticia que vais a dar esta noche?

—Somos pareja —contesté.

-—Oh, me lo imaginaba.

—Y vamos a tener un bebé -siguio Thomas y su madre reflejó lo sorprendida que estaba.

—¿De verdad? -los dos asentimos —¡Qué grata noticia!

En ese momento, escuchamos como la puerta de la entrada se cerraba.

—Ya habrán llegado. Vamos —dijo Thomas. Me cogió de la cintura y me guió hasta el comedor.

Todo estaba repleto de comida. Ian estaba ahí, aunque tenía que decir, que parecía más espléndido que antes. Sus ojos brillaban y tenía una sonrisa afable en el rostro. Parecía tan feliz. Tan feliz que dolía. Sentía que estar sin mí le mejoraba la vida. ¿Habría sido yo un error en su vida? Eso era lo que intuía en aquella situación.

Nuestras miradas se encontraron, no me miró como lo solía hacer antes. Esa sensación de impotencia era horrible. Impotencia por querer que alguien te volviera a mirar como antes. Impotencia por querer que todo volviera a ser como antes. ¿Cómo se había arruinado tanto mi vida?

Tomamos asiento y noté el ambiente tenso. Después de un buen rato de preguntas sin importancia, William preguntó:

—¿Y cuál es la noticia que nos vais a dar?

Todos nos miraron con curiosidad y asentí a Thomas.

—En realidad, son dos —dijo.

—Os escuchamos.

—La primera es que América y yo estamos juntos.

—¡Qué buena noticia! —exclamó Dakota.

—Y la otra es que vamos a ser padres.

—¿Tan pronto? —preguntó Will con desconfianza. Ian nos sonreía con amabilidad y yo me pregunté si no le molestaba ni siquiera un poco. ¡Qué rápido pasaba de página!

—Fue un imprevisto.

—¡Pues ya son dos bebés! —se le escapó a Dakota.

—¿Dos? —pregunté e instintivamente miré a Ian.

—Sí, Dakota y yo también estamos esperando un bebé —respondió él fijando sus ojos en los míos.

Thomas tomó mi mano por debajo de la mesa y la acarició. Lágrimas amenazaban por salir pero me contuve. No podría llorar por él.

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