Capítulo 7: ¿Te he dicho que te amo?

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Sangwoo no volvió a aparecer por lo que quedaba de la semana.
Bum dormía sólo, desprotegido de los poderosos brazos que nunca creyó necesitar. Tenía miedo, retenía lágrimas.

Despertaba cada mañana con la intención de verlo a su lado, de despertarlo con un falso pero necesario abrazo, y de besarlo con aquellos labios que creyó nunca otorgarle.

Pero una persona no puede vivir en soledad.

La casa se le hacía grande, con un espacio innecesario. El solo la habitaba, ¿cuál era el caso de estar en ella si solo un individuo se encontraba viviendo en ese insignificante universo?

Colores neutrales atemorizaban su mente, creando miles de oscuras posibilidades por las cuales no volvía.

¿Se habrá cansado de mi? ¿Debí no decirle lo de mi madre? ¿Que estará haciendo ahora? ¿Estará bien, sano y salvo?

Bum se sumía cada vez más en sus pensamientos, otorgándole la libertad del temor, temor a lo que vendría después, ¿que pasaría con él si Sangwoo-ssi no regresa?

Sintió un sonido seco, algo pardo y lejano.
Se levantó y recorrió la casa, buscando aquel ruido que lo acechaba desesperadamente. La intriga y la desesperación lo llenaban, hirviendo su sangre, encogiendo su pequeño corazón.

Bzzz..... hacía el ruido.

Su ritmo sanguíneo se relajó, y siguiendo el pulso que tenía, se acostumbró al latente corazón.

Tomó el teléfono causante de aquel sonido.

Vibrador. Pensó.

Marcó al número que le aparecía en aquella pantalla, e inocentemente, se pegó el aparato al oído.

- Bum, gra- gracias por devolver la-la llamada

- ¿Quién habla?- dijo el pelinegro- ¿Por qué llamó?

-¿A-ac-caso ya no me reco-conoces, ci-cielo?

Su corazón regresó a cuando el teléfono sonaba, el pulso se aceleraba, su visión se tornaba borrosa.

-¿M-madre, es-está-as bien?- tartamudeó, arrastrando las palabras como si de un tartamudo se tratara.

- Si, sólo llame p-para decirte que no debes preoc-cuparte por mi, y-ya t-todo es-stá bien- lloró la mujer- Gra-gracias por agu-uantarme tanto tiempo, cariño. Ad-adiós.

****

Finalmente, Sangwoo decidió poner pie sobre la casa, dándole un sentimiento de placer y satisfacción al corazón del aturdido Bum.

Con pasos rápidos se dirigió a la entrada donde su marido cargaba una bolsa negra, de aquellas que son para basura, portaba su característica sudadera negra 2 tallas más grandes  que la que normalmente usaría, sangre esparcida por sus manos, con moretones en la mandíbula y en la cuenca izquierda del ojo, con una sonrisa maniaca y desequilibrada para una persona que Yoon creía que era. Sangwoo dio 3 cortos pasos y al estar al lado de aquel temeroso individuo le susurró 5 palabras que el pelinegro jamás olvidaría.

- Cariño, ¿está bien tú madre?



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Resurrección!!!!!!!
Volví de la muerte para subir esto, era uno de mis últimos pendientes.
Ya no sé qué más hacer, así que acepto ideas ❤️💕

Karmina <3

Víctima del matrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora