Era 2008, creo que el 3 de marzo, o alguno de los primeros días del mes.
Entré al colegio Corazón Eucarístico de Jesús, un colegio católico de monjas.
Solo estaba con dos amigas: Agostina y Clara. Nos fuimos del jardín de infantes Lincoln a esta escuela juntas porque la primaria del Lincoln era muy cara. Así que nuestros papás se pusieron de acuerdo para enviarnos a esa escuela.
Mientras los demás niños se conocían, porque venían juntos del mismo jardín, (el de esa escuela), y hablaban, nosotras solo estábamos con... nosotras.
Entramos a un salón con muchos bancos y sillas, eran tres filas de dos bancos cada una; yo me senté con Agostina porque era lo suficientemente tímida como para no sentarme con otra persona. Clara se sentó con un desconocido.
Ese mismo día, en el recreo de comida, además de sentarme con ellas, me senté con un grupo de niñas que nos invitaron a merendar con ellas: Rocío, Catalina, Martina, Abril, Camila y Mercedes.
Las niñas nos dividimos en dos grupos: nosotras, y el grupo de las Mellizas, Dolores, Agustina, Martina (otra Martina), Milagros, Delfina y Sofía. No sé por qué, pero el destino parece que nos puso así. En toda la primaria, llegaron nuevas niñas, como Milagros (otra Milagros), que al principio estaba con nosotras y después se fue con las otras, y otras se fueron de nuestro grupo al otro, como Catalina, y otras se fueron de la escuela, como Agostina y Rocío. Al final de la primaria, terminé quedando en un grupo de seis: Martina, Camila, Abril, Clara, Mercedes y yo.
Ustedes pensarán, ¿Y Agostina? Bueno, he aquí la respuesta:
Cuando estaba en tercer grado, lamentablemente se cambió de escuela, al Colegio del Sol, que estaba más cerca de su casa, y era más conveniente; pero seguimos siendo excelentes amigas y nos queremos mucho, además de tener muchas cosas en común.
Cuando estaba en sexto grado, nos fuimos de viaje de egresados a una ciudad en mi provincia llamada Tandil, es muy linda, rústica, y turística.
El viaje fue lo mejor, nos fuimos desde mi ciudad hasta Tandil, en micros de dos pisos, todo era un griterío, fue muy divertido, espero no olvidar esa experiencia.
Yo creo que desde el viaje de egresados, mi relación con Clara, Abril, Camila, Martina y Mercedes mejoró. Veníamos siendo mejores amigas desde antes, pero ese fue el 'punto'.
En el viaje, dormimos juntas en una habitación del hotel, y, desde ahí, nos amigamos aun más, y compartimos más momentos que antes.
En el viaje, cuando ya estábamos en el hotel, yo les decía 'chiquis'. Por ninguna razón, sólo les decía así, y ahora nuestro grupo es de 'Las Chikis'. No sé, nos quedó así.
Esta es la historia general de mis amigaS, que las amo con mi corazón. Pero acá estoy yo para hablar de una sola de ellas que nombré, la que me hizo reír más de todas, la que se peleó conmigo y siempre volvía a arreglarse sola, la celosa, inquieta e insoportable, solo es una.
