No había salvación.

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Fuí  abriendo los ojos lentamente, la molesta luz del sol que se colaba desvergonzadamente por las rendijas de la ventana e iluminaba con calidez aquella celda tan fría.

Sentí las cadenas al rededor de mis pies y muñecas, apreté la madibula con rabia. Me han atrapado.

Las baldosas frías y cubiertas de musgo se pegaban a mis ropas, senti el peso de una mirada sobre mí.

—Axel —Reconoci aquella voz enseguida.

—¿Raven? —Pregunté aún sabiendo la respuesta.

Una patada azotó contra mi estomago.

—Traidor.

—No he traicionado a nadie, ni a ti ni a tus seguidores. Solamente me he ido,  no soy otro imbécil que formará parte de tu dictadura hasta el día de su muerte, yo puedo pensar por mi cuenta. Nunca necesité de tus órdenes para mantenerme con vida —No pensé  en mis palabras, las dejé salir tal y cómo  llegaban a mente. Después recordé lo vulnerable que era mi situación y deseé no haber sido tan despreocupado al hablar.

Un dolor espasmódico recorrió con violencia mi cuerpo, sacandome un grito desgarrador.

—¿Así que no necesitabas de mí? —Su voz sonó irónica, claro que en el pasado yo no hubiera podido sobrevivir sin su ayuda. —Abandonar a una organización en la que ocupabas un puesto importante, igual cuenta como traición, por lo menos para mí, no tolero a los inútiles. Lo sabes. Por eso huiste. Conseguiste todo lo que necitabas de nosostros y luego nos dejaste, estúpido huérfano —Dijo aquello último como si fura un tema de gracia. Me enfurecí. No tenía ningún derecho de recordarme la muerte de mis padres, ya que bien sabía que fue ella misma quién la propició.

La rabia que sentía en mi interior me dió el valor suficiente para atreverme a levantar la mirada a su encuentro.

Su figura delicada y pequeña no había cambiado mucho, tal vez había crecido algunos insignificantes centimetros, sus orejas elficas le daban un aspecto magico a sus facciones, su tez blanca como la nieve contrastaba bellamente con sus labios carmesí, sus negros y finos cabellos caían a cada lado de su rostro, enmarcandolo majestuosamente y seguían alargandose hasta llegar por debajo de sus hombros, aprecié sus ojos grisaceós y fríos, insensibles y llenos de ira, luego preferí fijarme en sus curvas delicadas y atractivas, aúnque aquello no le quitaba cierto toque infantil a su imagen.

Aquella era Raven, nadie conocía su nombre real, ni su edad, ni su pasado. Nadie la conocía del todo, y eso era lo único que sabía.

—Te odio —Su voz tembló, y me dí cuenta de sus ojos cristalinos y llorosos —Mañana por la noche se llevará a cabo tu ejecución.

Salió de la celda enfurecida y con la frente en alto, con la fuerza de una dictadora dura y con los ojos llorosos de una dama delicada.

No había salvación. No había perdón. No para un huérfano como yo.

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¡Hola! Realmente no sé muy bien si alguien sigue esta historia —Yo espero que sí— Ya iré aclarando algunos asuntos en cuanto a Raven, Axel, y Aria, al igual que acerca de la sociedad Crow y sus atrocidades.

Hasta la próxima.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2014 ⏰

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