Parte 1

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Amber

Me encuentro sentada apoyando mi cuerpo contra la puerta del baño. Se escucha los gritos de Emiliano mientras golpea con fuerza la puerta tratando de romperla para entrar. No paró de llorar, mi cuerpo tiembla del miedo mientras le pido a Dios que me ayude.

Quien iba a pensar que la vida nos cambiaría tan drásticamente. Uno piensa que al principio es inofensiva. Pruebas la marihuana con tus amigos y solo es risas, pruebas el éxtasis y todo es fiesta y poco a poco te vas dejando llevar por ese infierno.

Si hubiera sabido que Emiliano iba a terminar de esta manera, no hubiera permitido que el probaras las drogas.

Algunas cosas que piensas que son tan inocentes que haces con tus amigos, termina exponiéndote no solo a ti sino a los a tu alrededor.

Emiliano y yo habíamos crecido juntos. Nuestros padres eran grandes amigos y nosotros nos convertimos en los mejores amigos. Un día nos dimos nuestro primero beso y nos dimos cuenta que estábamos hecho el uno para el otro. A los 16 años, ambos empezamos con nuestros compañeros a salir en fiestas y conocer todo tipo de droga. ¡Maldición!. Como maldigo haber permitido tanto, solo por aparentar con nuestro círculo de amigos que estábamos a la moda.

Nos graduamos. Pero Emiliano ya estaba consumido en estas drogas. Sus padres grandes empresarios hicieron que él recibiera su grado, ya que por si se la pasaba en fiesta y fiesta con sus amigos.

Siempre lo acompañe, pero llego el día que el ya no quiso que lo hiciera. Decía que ese infierno no iba a caer yo también. Aunque seguíamos teniendo una relación las cosas cada vez era peor para nosotros y nuestras familias.

Empecé la universidad y sus padres se lo llevaron a centro de rehabilitación. Ese tiempo lo dedique a mi estudio, mientras el trataba de salir de las drogas. Pero como lo bueno no dura mucho, varias veces escapo y varias veces me metí en problemas por él.

Mi familia estaba cansada de esta situación al igual que su familia. Por más que me prohibían de estar con él, yo siempre terminaba sacándolo de apuros dándole dinero o cosas para empeñar. Lo amaba y no importaba que hacer mientras él me amara a mí, o eso creía.

Sus padres cansados de esta situación lo echaron a la calle. Por más que rogué que no lo dejaran, nadie lo ayudo más. Él había caído bajo, no solo les robo o les hizo varios escándalos, lo que ellos no perdonaron fue lo que me hizo a mí.

A los 20 años, aunque trataba en concentrarme en mi carrera de medicina. No podía olvidarme de él. Un día me llamo pidiendo mi ayuda, siempre diciendo que era la última vez y que esta vez la iba a dejar. Promesas que jamás cumplía y yo como estúpida salía corriendo.

Me sito en un barrio bajo. Tuve miedo pero sabía que él jamás iba a permitir que algo me pasara, o eso pensaba. Cuando llegue, el tomo mi dinero y me dejo sola en ese callejón. Pasaban los minutos y el no volvió. Decidí no esperar más e irme pero fue cuando me interceptaron unos hombres quien me golpearon hasta casi matarme, un hombre quien vivía a lado de ese callejón se, percato de lo sucedido y evito que abusaran de mí.

Cuando desperté en la clínica. Mis padres y sus padres cansados de esta situación decidieron de llevarme lejos. Luche por volver, pero ellos evitaron a toda costa que lo hiciera, mas que se habían dado cuenta que estaba en embarazo.

Siempre estuvo en mi mente y en mi corazón. No había noche que no lloraba, que no oraba por él. Más él nunca le importe.

Pasaron los años y decidí buscarlo. Aunque mi familia y sus padres no estaban desacuerdo. Yo ya era una doctora y me había especializado sobre este tema, así que ya tenía un plan y le iba a dar a mi hijo a su padre quien tanto preguntaba.

¿Pero el estará dispuesto a cambiar por su hijo?

No me costó mucho encontrarlo, ya que tuve la ayuda de una persona al cual me iba a salir muy caro si las cosas no salían bien. Pero yo tenía fe de que esta vez lo iba a ser.

Que mal estaba.

Cuando lo encontré fue desgarrador. Vestía como indigente, ropa sucia y olía mal. Estaba tan drogado que no se dio cuenta quien lo levanto y se lo llevo.

Conseguí una casa. La amueble con lo necesario y tenia seguridad para que nadie pudiera entrar o salir. Llene la despensa y organice todo para su llegada. Cuando lo traje, lo desvestí, lo bañe varias veces para sacar el percudido que tenía su piel y corte su barba y cabello la cual tenía larga. Le di unos calmantes y todo estaba bien.

Hasta que despertó.

Otra oportunidad (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora