This is Gospel (John Laurens x Lectora)

La Llegada

(N/a: Antes de empezar quisiera decir que, gracias por el apoyo que le dan a la historia, nunca me había pasado esto. No era mi plan dejar de escribir la historia, si no he escrito es porque no he encontrado el tiempo, pero ya pasaron unas cosas, así que también voy a cambiar la forma de escribir para los diálogos, así continuemos...)

Me encontraba admirando las cartas en mis manos, 3 cartas, la primera que me llegó antes de la noticia y me rehusaba a leerla, la otra era el testamento de Carlos y la otra era la ubicación de la casa para nosotros y lo que había en ella.

Con mi mano derecha estaba agarrando fuertemente el collar que me había regalado Carlos, el viaje ya se estaba tardando mucho, demasiado para mi digamos que de Liverpool a su respectivo puerto a carruaje no es muy rápido el recorrido.

Scott y Lucy estaban dormidas, al mismo tiempo de que estaban recargadas en mis hombros. Tenía miedo de lo que iba pasar después y peor aún le tengo que contar al rey, o quizá ya se enteró, de todas maneras, necesito tiempo a solas.

El carruaje se detuvo abruptamente, casi salté y también se despertaron las chicas:

S: ¿Ya llegamos?

(T/N): Creo que ya.- Me paré de mi asiento, y me acerqué a la puerta, alguien la abrió, era el cochero.

Cochero: Disculpe por despertarla señorita, pero al parecer nos detuvieron unos ladrones en el camino.- Espera... ¿¡Qué!? De repente atrás se vió una sombra. Estaba apuntando a él cochero.

X: Buenas noches señorita...

(T/N): Señor, le pido amablemente que se aleje.

L: Si, no tiene que estar aquí.

S: ¡Vállase!

X: Okey, me iré. Con la condición de que me des el collar que posees. -Agarré fuertemente el collar.

(T/N): No.

X: ¿Segura?

L: Ya la escuchó.

S: Si, vallase, se lo repetimos por segunda vez.

X: Esta bien, como digan. -Se escuchó un disparo... Mató al cochero... Las chicas solo se quedaron congeladas- Y bien... ¿Me van hacer caso?

S: *Susurrando* (T/N) creo que deberíamos hacerle caso.

L: No, espera, es su último recuerdo de Carlos... Debe haber otra solución.

X: ¡Démelo, ahora!

(T/N): Chicas, creo que no hay otra opción. -Temblorosa, me fuí quitando él collar lentamente, cuando se lo iba a entregar, se escuchó otro disparo, por consecuencia cerramos los ojos. Cuando abrimos los ojos vimos el cadáver del ladrón. Para ver quién nos había salvado, asomamos la cabeza por la puerta.

X: Bonjour, Mon amie. Je' mapelle Marquis Lafayette.

Lu: Hola, ¿hablas español?

La: Claro, ¿el ladrón les hizo algo?

S: Por suerte, no.

(T/N): Muchas gracias Lafayette. ¿Cómo podremos agradecerte?

La: Me agradaría tener una pareja para el baile de unos días.

S: Qué lástima, Lucy y yo no podemos, pero que casualidad que (T/N) si pueda.

(T/N): Pfff... Estaría honrada ir un baile, con alguien que me halla salvado la vida.

La: No hay de qué, pero me agradaría que me dijeran sus nombres.

(T/N): Con mucho gusto. Ella es Scott, ella es Lucy y yo soy (T/N).

La: (T/N), que hermoso nombre. - Tomó mi mano y la besó, juraba que me hacía burla Scott y Lucy a mis espaldas.- ¿A dónde se diriguían?

(T/N): A el Sur de California.

La: Yo también voy allá. Me agradaría llevarlas.

S: Claro.

Cerró la puerta y se subió en él papel  del cochero. Durante el camino...

Lu: Ya tienes un galán.

S: Si, y es atractivo. Es tu oportunidad para superar a Carlos.

Lu: Espera Scott, ni ha pasado un día de lo de Carlos, ¿y ya quieres qué lo supere?

(T/N): Tiene razón Lucy, Scott. No ha pasado casi nada.

Durante varias horas estuvimos en él carruaje, hasta que llegamos.

La: My Ladies, llegamos al Sur de California.

(T/N): ¿Crees que nos puedas llevar a la mansión Harrison?

La: ¿A la que pertenecía a George Harrison? Supongo, vamos.

S: Me gusta el seudónimo que se puso Carlos.

Lu: Si, suena para un grupo, también si juntas al de nuestros esposos. (N/A: ;) ).

La: Hemos llegado a la mansión Harrison.- Por Jesús, era enorme y hermosa. Lafayette nos abrió la puerta y nos ayudó a bajar a cada una.- Bueno, si necesitan algo estaré en la Iglesia mañana.

(T/N): Claro, ahí estaremos.- Se me olvido mencionar que somos muy religiosos.- Hasta mañana.

Mañana será otro día.