Katherine

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Soy huérfana de madre, esas si son novedades

Pase sola sin rastro de Katherine hasta hoy por la tarde. Regrese de la escuela y había un sujeto en la puerta

- Niña, ¿sabes si se encuentra en casa la Srta. Kath...?

- Responde a su hija, ¿Qué se le ofrece?- el sujeto sacó unos papeles de su maleta y abrió la boca- ahórreselo, deme los documentos -el se quedó parado con la boca aun abierta- puede irse, gracias.

Asote la puerta y leí los documentos en mi habitación, eran fotografías. Las observe con cuidado reafirmando que no encontraron el cuerpo, dejando que crezca la falsa ilusión de que mi mamá sigue con vida. En las fotografías solo aparece el auto de Katherine estrellado contra un roble, con la puerta del conductor abierta. Me reí ante la idea de que incluso olvido cerrar su puerta. Fue su ultimo acto de locura: un suicidio.

A mi Madre la mato la locura, y yo llevo 15 años acercándome a ese destino. No pretendo terminar a si, o peor aun, como el Sr. Ogrio, ya que al fin le encontré parecido conmigo. El momento de irme a llegado.

Esa noche entre a la oficina del Sr. Ogrio. Es ordinaria a simple vista, sinembargo esa oficina oculta muchos secretos que no creo y no espero averiguar, el piso es de madera obscura, junto a la puerta tiene un mueble de vidrio con un jarrón de porcelana con grabados azules hechos a mano, dentro tiene UNA rosa azul, eso representa mucho mas de lo que crees. En el centro tiene un escritorio de cristal, limpio y perfectamente acomodado, con una placa de oro con la inscripción: "nunca retrocedas ante nadie" yo fui criada con ese ideal. La pared es una enorme ventana con vista al cielo nocturno. Es un lugar agradable, pero no deseaba pasar allí más tiempo del necesario, este lugar es el corazón de mi sufrimiento. Abrí la puerta y sentí un escalofrío terrible, como si el Sr. Ogrio fuere a estar hay dentro. Avance y sienti un vacío en el estomago, como si no hubiera comido desde hace días.

La luz de la luna penetro por el panel hasta cubrirme y deslumbrarme, reconozco que la luz de la luna siempre me ha aterrorizado, desde que tengo memoria siempre a sido la luz de mis pesadillas. Conozco a mi gente, así que tuve una corazonada de donde estaba la chequera. Si, la chequera se encuentraba dentro del jarrón, nadie la buscaría ahí, por eso ahí es donde busque. Garabate un numero -esto es tu herencia, solo que por adelantado- me dije para tranquilizar mi conciencia. En eso sentí un terrible remordimiento: no creo que, al morir, el Sr. Ogrio me hubiera dejado herencia, más es innegable mi sangre Hielia, como descendiente de una línea perfecta de personas con apellido Aquamarine. Mi pedigree es innegable, como un corcel pura sangre. Incluso sin que este a mi nombre, soy más dueña de esta empresa que el Sr. Ogrio

¡Un hombre a la presidencia! Si, claro.

La cifra es exorbitante, de pronto el cheque pareció más pesado. Aunque limpie mi conciencia al recordar sólo lo que gana esta empresa: el dinero no escasea. Si me hubiese quedado, la empresa sería mía con la muerte del señor obvio, ganaría montones de dinero que harían que el cheque fuese ligero como una pluma, pero no valía la pena tirar por la borda mi dignidad quedándome un día más: sin mi madre, ya no tengo razón alguna para hacerlo.

Guardé la chequera en el florero de nuevo, la rosa azul lucia muy solitaria, con los de los plateados a la luz de la luna. De pronto me pareció que todo estaba muy callado, que la habitación era una tina de silencio, que me rodeaba por completo y me ahogaba de forma muy dura. Entonces caí en cuenta de que me había estado ahogando toda mi vida, tenía que salir ya. Agarré mi mochila y guarde el cheque en la parte de enfrente, me puse mi capa, me cubrí la cabeza con ella y me colgué la mochila al hombro. Estaba dispuesta a huir cuando me detuve, una sonrisa cruel bailo en mis labios, corrí de vuelta, tome la rosa, y me fui, ahora si, como alma que lleva el diablo.