En las cartas

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No recuerdo con precisión que decían todas aquellas cartas.
Así que escribire las que más recuerde. Las más importantes.
En cada carta diaria hablaba contigo.
Te contaba acerca de como iba mi vida, te decía todas y cada una de las razones por las cuales te amaba y yo quería estar contigo.
Te escribía con gran ilusión contando los días que faltaban para que leyeras todo aquello y mirar tu cara de emoción al saber lo que había hecho por ti, tratando de disimular tu expresión ante la gente y cambiando el tema frente a tus amigos.
Y sintiendote especial por dentro con ganas de gritarlo a los demás. 
Sabía la situación por la que pasabas, sabía que en ocasiones te sentías roto y deprimido. Así que también te escribía palabras de aliento, para hacerte saber que te quería y podías contar conmigo en todo momento.
Te escribía desde lo más vanal hasta lo más profundo que se hayaba en mi corazón.

Tú eras una persona común, no eras el más guapo, ni tenías la mejor sonrisa, ni el cuerpo más atletico, pero eras mil veces más que eso. Eras más amable, más paciente, mas amoroso e interesante. Sencillo, noble, risueño, carismático y soñador, a veces un poco payaso y otras veces más serio, pero no hay nadie como tú. Con tu humor, tu personalidad, tu forma de ser, con tu dedicación y tú espíritu. Simplemente tenías todas esas cosas tan sencillas que yo valoraba tanto.
Por eso quería arriesgarme, por eso quería buscarte, por eso vales la pena.
Te veía...
Y pensaba como Frida Kahlo en lo que escribió.
Porque podía jurar que no me quedaban ganas de mirar a nadie más. En ese preciso momento comprendí que los ojos siempre, siempre le pertenecen a las personas que los hacen brillar.

Las cartas que nunca te di.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora