Capítulo 4

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Notas de autora: Pues, veamos si son capaces de escapar.

Feliz lectura!

Sabia que había algo raro con su amiga, el problema era que sin importar cuanto se esforzara no llegaba a averiguar que.

No había dicho una palabra desde que al salir del juego le dijo que tenía una mejor idea, una atraccion a la cual sin lugar a dudas le encantaría subir.

Caminaban desde entonces; sin embargo, Liz parecía moverse a un ritmo mucho más rapido de lo usual, esquivando agilmente a cualquier persona que se atravezaba en su camino y sin volver su mirada a la de ella ni una sola vez.

-Liz, ya fue demasiado misterio ¿Podrias decirme a donde vamos?

-Te encantara lo prometo- Había algo en su voz, algo que no sonaba a como ella solía ser siempre. Suficiente, averiguaría que le pasaba. Colocó una mano sobre su hombro obligandole a mirarla.

-Liz...- Se paró en seco, al ver aquellos ojos que no coincidian en nada con los de su mejor amiga, de color cafe obscuro, llenos de vida mientras que esos eran completamente negros.

-Tardaste demasiado en notarlo ¿No te parece?- Preguntó la chica, cambiando de repente su apariencia a la que, pensó, debía ser la autentica. Cabello rojo que le llegaba casi a la altura de la cintura, piel tan palida que junto con el color intenso de su cabello, el negro en sus ojos y la extraña manera en que sonreia, formaban una macabra convinacion.      -Soy Adele, diría que es un placer conocerte, pero no exactamente.

- ¿Que quieres conmigo?- Preguntó, mientras que sin darse cuenta comenzaba a caminar poco a poco hacía atras, en un intento por alejarse de aquella chica lo más que pudiera. Y sostener entre una de sus manos el mismo par de boomerangs que había obtenido en su prueba y que había llevado hasta allí ocultos bajo los tirantes en la espalda que su blusa tenía.

- ¿Estas segura que quieres saberlo?- Respondió Adele, comenzando a caminar tambien, con la intencion de reducir la distancia entre ellas. Ni siquiera lo considero, un segundo despues Mariela ya tenia su mano frente a ella y la rafaga de aire que había enviado desestabilizado los suficiente a la Caída como para hacerla tambalearse; sin embargo, aquello fue cosa de solo un instante pues se recupero de inmediato, el mismo tiempo que le tomo acortar todavía más la distancia entre ellas y aferrar su rostro con fuerza

-No deberias tentar a tu suerte, bonita- Comenzó a hablar, su voz a penas un susurro y una de las uñas de la mano con la que le sotenia el rostro, demasiado larga, enterrandose en su mejilla -No tienes idea de cuanto daño me gustaria hacerte.

- ¿Y que te detiene?- Una pequeña risa se escapo de la garganta de la Caída, abrió la boca para responderle, momento que Mariela decidió aprovechar para tomar su oportunidad. Con un sencillo movimiento de su mano consiguió que uno de sus boomerangs golpeara a Adele justo en la nuca, haciendola caer.

No se quedo a ver si en algun momento la otra chica llegaba a levantarse, sin pensarselo dos veces, empezó a correr sin detenerse a mirar atras ni una sola vez.

***

El grito de la chica llenó cada centimetro de su mente. No podía decir que le sorprendía porque sabía perfectamente que el dolor que la quemadura podia llegar a provocar era algo mucho más que solo agonizante. Era leve primero, apenas una chispa de calor que con el tiempo se expandía hasta que llegaba a convertirse en una sensacion que se metía en lo más profundo de tu mente, impidiendote pensar en otra cosa que no fuera el dolor. Apartir de allí existian dos caminos, o eras lo suficientemente fuerte como para soportar cuanto más el dolor aumentara o tu cuerpo terminaba por abandonarse a la inconciensia, que era lo que a él le había sucecido. Si lo que Janet le dijo era cierto, no pasaba mucho tiempo antes de que la persona muriera, su ex novio lo hizó y su hermana tambien, era él el unico que había sibrevivido y todo por...

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