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Recomiendo usar auriculares y reproducir el audio mientras lean este OS

"Siempre seremos uno"

Girls' Generation — Divine

"Cierro mis ojos una vez más y regreso a ese sueño Ese sueño, del cual no quiero despertar 
por toda la Eternidad"

VIXX - Eternity

Sophie se acercó a cualquiera cliente de aquel bar de mala muerte, pero solamente trabajaba con los más jóvenes, no más de 27 años.

Cuando ya los tenía en la palma de su mano los llevaba a un lugar alejado y solitario. Robaba las almas de aquellos muchachos que habían caído en su juego.

¿Que era ella? Una súcubo, claro, difícil de creer que había una entre los humanos, pero así era.

Claro, eso solo era por las noches, por los días trabajaba en una oficina como secretaria. No le iba tan mal, tenía un departamento cómodo, una mascota y las comodidades que toma mujer desea. Cada día era la misma rutina.

De día la mujer perfecta y trabajadora, pero de noche un demonio con forma de mujer que robaba las almas de personas inocentes. Los días así se volvieron años hasta aquel 3 de octubre cambio todo.

Era de las pocas veces aquel se le había hecho tarde. Ese día tenía muchas cosas que hacer, por no decir que su agenda sería un caos, estaba a punto de entrar a la oficina mientras revisaba los últimos informes anuales. Su vista no se despegaba por un momento de aquel montón de hojas.

De un momento a otro sintió como chocaba con alguien. No sabía quién era y la verdad no le interesaba saber quién era. Miro como aquel joven más alto le ayudaba a recoger aquellas hojas, mientras las intentaba acomodarlas y se las iba entregando.

La chica recogió todas como pudo y las ponía de nuevo en la carpeta aun estando todas revueltas.

— Mierda ¿Podrías tener cuidado por donde la próxima vez?

Fue lo único que dijo Sophie, al contrario. Tomo sus cosas lo mas rápido y entro hacia la oficina.

— No hubiera estado mal un "Lo siento, no te vi y gracias"

Fue lo único que dijo el chico observando con una sonrisa como aquella chica de cabello castaño y largo desaparecía entre las personas, pero al acercarse el a tomar sus cosas, miro en el piso una bufanda de color negro tirada en el piso. La recogió y la guardo mientras se iba sin borrar aquella sonrisa de su rostro.

Los días pasaron, ninguno se dio la importancia de recordar a el otro, todo había sido un accidente y no había pasado de ahí.

Una noche aquella Sophie decidió cambiar su rutina y descansar. Había salido con su pequeño cachorro a dar una vuelta. Había comprado un café y se sentó de bajo de un árbol a beber este, mientras miraba a parejas pasar, niños jugar y personas solamente recostadas en el césped observando las estrellas.

Acariciaba a su pequeño cachorro que estaba acostada en su regazo. Esa noche empezaría lo que nadie creyó posible.

El chico caminaba por aquel mismo parque observando a la gente, se había sentado en una banca cualquiera, lo curioso era que traía puesto aquella bufanda negra. Ya era tarde y decidió irse a casa. Cuando de levanto y empezaba a caminar volvió a verla. Si era ella, la chica con la que había chocado.

Suspiro profundamente y se acercó a ella, sabía que las cosas la última vez habías sido algo complicadas, no sabía cómo reaccionaría esta vez.

Te Amare Hasta La Eternidad [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora