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Veía caer las gotas de lluvias sobre el cristal de mi ventana, caían lentamente como una lágrima de una persona cuando fallece alguien...

Tocaba con las llemas de los dedos ese cristal que estaba empañado y húmedo, me encanta esta sensación.

Poco a poco terminaba de llover, ya quedaban pocas gotas que resbalaban por mi ventana, así que, abrí la ventana para poder sentir ese frío en las manos y ese olor a humedad a hierba.

Cerré los ojos y respiré hondo...

- Adele.- escuché decir detrás de mí.

Me giré para ver quien era, y allí estaba esa mujer que me hacía levantarme todas las mañanas con esperanza.

- Dime mamá.- contesté yo con tranquilidad.

- El desayuno está listo, ten cuidado para bajar las escaleras.- respondió cerrando la puerta de mi habitación.

- Claro, enseguida voy.

Otro día había llegado a mi vida. Me vestí con el uniforme del instituto y un chaquetón azul que conjuntaba con la falda.

Me dejé el pelo suelto agarrado con un pañuelo blanco y suspiré.

Nada más que pensar que tendría que ir al Instituto y estar sola, sin un amigo me quitaba las ganas de todo.

Bajé las escaleras y allí se encontraba mi madre, sentada en la mesa comiendo gofres con sirope de chocolate.

- Buenos días.- saludé yo sentándome en la silla del comedor para desayunar.

- Buenos días. Adele hoy te enseñará el nuevo instituto que vas a ir el director Williams.- explicó dándome un gofre.

- Vale. ¿Iré sola andando o me acompañaras?- pregunté dándole el primer mordisco al dulce.

- Te soltaré allí con el coche y después te recogerá Martín.- dijo terminando de comer.

- Vale...- contesté yo.

***

Faltaba muy poco para llegar a ese nuevo instituto y me ponía nerviosa.
Sin conocer a nadie y sin conocer los pasillos de aquel lugar me agobiaba.

- Llegamos.- dijo mi madre entusiasmada.

Me desabroché el cinturón y miré por la ventanilla.
Veía a adolescentes pasar y el cielo se estaba oscureciendo por la lluvia que se avecinaba.

Sonreí por saber que llovería otra vez.

Me despedí de mi madre y me dijo que el director Williams me esperaría dentro.

Me encaminé hacia la entrada y todo el mundo me miraba. Agaché la cabeza y aceleré el paso.

Sin querer me choqué con alguien y le tiré sus libros y demás.

- Lo siento de verdad, perdóname, ha sido sin querer, lo prometo.- dije yo disculpándome y recogiendo las cosas del suelo que habían sido tiradas por mí.

- A ver si miras por donde andas.- me contestó una voz femenina.

- Eso eso. Parece que estas ciega.- dijeron dos voces femeninas también.

- Perdón...- contesté yo.

- ¿Tú quién eres?¿Qué haces aquí?- me preguntó la niña que le había tirado las cosas.

- Pues...- intenté decir yo.

- Creo que es la nueva, Rachel.- dijo una de sus amigas.

- Anda la nueva.- respondió mirándome de arriba a abajo y con asco.

Sentí calor en las mejillas y nerviosismo.

- Mira se pone hasta colorada Catherine.- rieron ellas.

Todo el mundo estaba viendo la escena, y escuchaba risas provenientes de los estudiantes.

Sabía que algo malo iba a pasar.

- Quita de en medio tontita.- dijo eso una de ellas empujandome.

Provocando que me tambaleara y me cayera contra el suelo.

Siguieron riéndose de mí y andando hacia sus destinos del instituto.
Me levanté y me quité el polvo que tenía en la falda.

- Hola, buenos días, ¿eres Adele Donaire?- preguntó un señor de unos cuarenta años.

- Sí soy yo. ¿Usted debe ser el director no?- pregunté yo.

- Sí, acompañeme.

Lo seguí por los pasillos y me mostraba el instituto entero. Estuvimos una hora y algo cuando terminó de mostrarme todo eso.

- Bueno esta es tu clase, entremos.

Nos adentramos al aula y había una maestra que nos miró.

- Buenos días señor Williams. ¿Qué pasa?- preguntó ella.

- Esta es la nueva alumna de su tutoría.

- No me lo habían comunicado pero gracias.

- De nada Mia.- dijo despidiéndose el director.

- Bueno chicos, tenemos una nueva compañera en clase, quiero que la trateis bien. Bueno preséntate.- me dijo a mí sentándose en su silla.

- Yo soy Adele Donaire, venga de Francia y me...- dije yo pero me cortó un compañero.

- Me aburro maestra.- dijo alzando la voz un niño al fondo.

- Callaros, dejad que hable. Perdón Adele, continúa.

- No hay nada más que decir profesora.- le dije yo con una sonrisa sin dientes.

- Bueno pues siéntate al lado de... Alan Page.

Me dirigí hacia mi nuevo asiento y vi que ese tal Alan parecía ser el típico malote del colegio.

- ¿Qué miras?- habló cortante.

- Nada que te importe.- contesté yo fríamente.

Nunca había sido cortante con nadie pero me había salido solo. Este comportamiento es raro para mí.

Me senté y estuve atenta a la explicación que decía la maestra llamada Mia.

Terminó el horario de clases y todo el mundo salía por la puerta principal a empujones.

- ¡Está lloviendo!- escuchaba decir a la gente.

Eso me alegraba, que lloviera era mi salvación.

Salí de allí sin el paraguas y a lo lejos me encontré con Martín. Anduve hasta él y me subí al auto.

- Hola Adele, ¿buen día en el colegio?- preguntó acelerando.

- Bueno... No quiero hablar, no tengo ganas.- dije yo mirando la ventanilla.

- Vale, te tengo una sorpresa cuando lleguemos a casa.- habló contento.

Martín me caia un poco mal, porque era el nuevo novio de mi madre y quería complacerme a cada instante para que me llevara bien con él. Pero no lo está consiguiendo, si algún día me llevo bien con él sería un milagro.

Pero a saber que sorpresa estaría en mi casa...

Hola gente, este es un nuevo libro en esta cuenta, me hace muy feliz comenzar otro nuevo pero antes quiero terminar Amor motorista.

¿Por qué Ainarart17?
Porque si comienzo este y sigo cin el otro no tendréis tanta publicaciones de este nuevo libro.

Bueno este nada más es el comienzo de esta historia.

...Próximamente...
...Actualizaré...

Un beso muy grande a todos los lectores.


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⏰ Última actualización: Apr 21, 2018 ⏰

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