Cuando llegaron al restaurante, Brandon tuvo que pedir una mesa y por no haber reservado, tuvieron que esperar un poco a que alguna quedara libre. __ se impacientaba y él intentaba calmarla, aunque siempre se llevaba alguna broma de ella.
- Mira, el que siempre hace su trabajo bien -dijo ella para picarle-
- No seas mala, tienes una cara demasiado bonita como para desperdiciarla con esas malas intenciones.
- ¿Me lo vas a prohibir?
- Tal vez tenga que castigarte... -le dijo al oído, mientras le pellizcaba el trasero- Y no me hagas volver a pellizcarte en ese culi*to. La siguiente vez no te lo pellizcaré...
- Nadie te ha obligado -dijo ella sin poder creer lo que decía- Eres libre de hacer lo que te nazca -vio maldad en su mirada, maldad traviesa- siempre y cuando no sobrepases los límites entre la libertad y el libertinaje.
Se sentaron y pidieron lo que iban a comer y comenzaron a hablar de muchas cosas, aunque como no, el tema iba a ser el mismo.
- ¿Has tenido muchos novios? -inició él la conversación-
- ¿Te importa? -contestó cogiendo la carta de menús- No quiero seguir hablando de lo mismo. ¿O es que acaso me ves como un simple objeto con el que jugar?
- Está bien -dijo Brandon acomodándose en la silla- Te diré que me atraes. Haré una excepción con tu personalidad. Me gustaría tener algo contigo. Algo pasajero. Sin más. Somos mayorcitos como para andar teniendo miedo.
- Yo no tengo miedo de nada. Al contrario.
- Por eso mismo. Yo no soy cualquiera __, nos gustamos. ¿Por qué no?
- Yo nunca he dicho que me gustes. No entiendo por qué estás tan empeñado en esto. La situación surgió esta mañana de repente.
- Quiero aprovechar esto. Tú me conoces bien por mi amigo Manuel. Sé que tú y él... bueno, ya me entiendes. Tuvisteis algo más que un par de besos y que él te contó casi toda nuestra vida. Sabes como soy, no me ando con tonterías. Reconozco que me gustan las mujeres. No estoy más de dos semanas con la misma. Todo eso tú lo sabes. Y te veo lo suficientemente fuerte como para tener un lío de una noche conmigo. Sexo, solamente sexo. Estamos en el siglo XXI, las cosas se dan así.
-Manuel y yo únicamente salimos una semana, sin nada de por medio. Por el gusto de hacerlo. Nos caemos bien. Nada más. Eso por una parte y aclarando el tema Manuel y yo. Y en segundo lugar, si yo acepto, ¿Qué me ofreces a cambio?
- La mejor noche de tu vida -posó su mano sobre la de __- Podríamos repetir si me gusta. A veces lo hago.
- ¿Y si me gusta a mí pero a ti no? Si yo quisiera repetir qué. Me mandarías a coser botones ¿No?
- Básicamente.
- No sé qué puedo esperar de ti. Eso es ser egoísta. ¿Qué pasaría después de todo?
- Nada.
- Somos amigos. O compañeros, más bien. Nuestra relación no sería la misma.
- ¿Cómo que no? Un par de polvos no pueden cambiar todos estos años. Son insignificantes, un mete-saca en toda regla. No hay sentimientos __, no hay posibilidad de herirse mutuamente. Es más, diría que podría ser hasta bueno para nosotros. Más confianza, más seguridad...