Crónicas de una Guardiana

Conociendo el lugar y sus habitantes

El tipo extraño con esas ropas y la máscara siniestra que me había liberado de la jaula, había desaparecido...

Me quedé quieta en mi lugar unos instantes, pensativa hasta que volví a la realidad... Seguía sin saber dónde estaba. Y seguía confusa y con muchas preguntas sin respuesta. Pero tenía una cosa clara. Y era que no estaba en casa y debía irme de allí...

Ahora que por fin había salido de mi prisión temporal, tenía 2 opciones... Salir nadando por el agua verde extraña o por la puerta y escaleras por las que me trajo el coloso jabalí...

Teniendo en cuenta la criatura siniestra que había visto antes en ese agua y que tampoco sabía la profundidad de ese lugar, descarté la opción del agua rápidamente. Con lo cuál, sólo me quedaba una salida. La puerta y la escalera. Así que sin pensarlo 2 veces, caminé hacia allí con cautela y procurando no hacer ruido...

Llegué a la puerta y me asomé para comprobar que no había nadie y comencé a subir las escaleras como pude sin apoyar mucho esfuerzo en mi tobillo aún lesionado.

Tras subir todas las escaleras, finalmente para mi sorpresa sin ver a nadie, llegué a una sala con varios caminos. Lo cual suspiré con fastidio. Ya que era muy indecisa y no sabia por donde ir...

Pero tras un rato mirando todos los caminos a escoger, me fui hacia la entrada del centro, que parecía una salida hacia la calle, debido a la luz que desprendía. Pero para mi desgracia, la puerta estaba cerrada. Así que resignada con fastidio volví a mirar a todos lados, decidiendo hacia donde ir, cuando escuché unos pasos fuertes y por un momento pensé que era jamón de nuevo, aunque las pisadas no eran tan sonoras.

Y rápidamente me escondí tras una columna para que no me viera. Tratando de controlar mi respiración agitada por los nervios que me invadían. Sin embargo, mi maldita curiosidad me obligó a asomarme un poco, para observar a esa posible "amenaza". Y vi a un tipo casi tan alto y musculoso como jamón. Pero éste era mas humano.

Por lo poco que pude ver, ya que estaba de espaldas y un poco de perfil, tenía una larga cabellera blanquecina casi plateada. Y ojos ámbar.

Ciertamente era guapo. Pero nunca me fueron mucho los cachas en exceso. Y tampoco tenía planeado fijarme en nadie de este sitio de locos... O eso creía yo en ese momento...

En cuanto escuché que aquel melenudo robusto se estaba alejando de ahí en otra dirección, como buscando algo, decidí darme prisa en desaparecer. Supuse que tal vez me buscaba a mí...

Debía encontrar un escondite y rápido.

Con las prisas entré corriendo en la primera puerta que ví. La que estaba a la izquierda. Y entré a un pasillo colorido con varias puertas y una alfombra roja.