La calidez humana que emana de ti.
El latir fuerte de tu corazón.
La vida que surge de tu ser.
¿Quién iba a pensar que para estar juntos y poder amarnos,
tendría que quitarte lo que más amo de ti?
Abby y Marco
Abril de 1985
Ser inmigrante no era fácil. Había que acostumbrarse tanto a un país totalmente diferente, con una cultura diferente, con un ambiente diferente.
Marco recordó la primera vez que vio la nieve en Minnesota, después de haber llegado hacía tan sólo unos meses atrás: casi lloraba, puesto que nunca antes la había visto.
Era difícil acostumbrarse a el frío del invierno y la frescura del otoño, cuando en Barranquilla, su ciudad natal, siempre hacía un calor del infierno y el verano era lo que más se parecía. Aunque no tanto.
El idioma era otra cosa. Siempre se lo decían: El inglés es muy esencial. Es más difícil aprender español, que inglés. Si quieres cumplir ese sueño pendejo que tienes, aprende el idioma, no puedes irte a la loca, Marco.
Por suerte, siempre le inculcaron el idioma inglés, tanto en la escuela como en su casa. Y apenas se hubo graduado de tan solo dieciséis años de la escuela, decidió trabajar para poder ahorrar dinero y estudiar en Estados Unidos, algo que siempre quiso desde que era un niño y leía noticias y libros sobre el país.
Había tenido tanta fuerza de voluntad para no gastarse el dinero guardado.
Después de tantos esfuerzos, de tantos papeles que tuvo que reunir, por fin obtuvo la visa para poder vivir en donde deseaba.
Y ahí estaba, después de un año, estudiando en una Universidad en Mankato, Minnesota.
Su grupo estaba conformado más que todo de otros latinos como él, chicos que también habían venido a cumplir sus sueños en un país diferente.
Estaban sentados en el jardín del campus, disfrutando aquella tarde de primavera.
Ellos hablaban, risas y discusiones había entre ellos. Estudiaban carreras diferentes, y eso provocaba que discutieran mucho.
Y para que nadie supiera sobre qué discutían, lo hacían en español. Marco creía que querían llamar la atención.
Marco estaba leyendo, tratando de mejorar un poco más su inglés, ya que, a pesar de llevar un año hablándolo con frecuencia, tenía que seguir practicando. Leía una obra que había leído hace mucho en español, pero la había encontrado en inglés en la librería, y le gustaba mucho que decidió comprarlo.
Fue tan solo un segundo que necesitó, un solo segundo que decidió levantar la vista de su ejemplar de cien años de soledad, cuando la vio.
Todo parecía como en aquellas películas, en donde se sentía todo en cámara lenta. La chica, que podría tener su edad, caminaba a paso lento, con su bata blanca puesta. Llevaba el rubio cabello suelto, delicado por sus hombros como una cascada de oro. Y su piel era pálida.
Era preciosa, y no podía despegar su vista de ella. Y lo peor, es que ella se sentó en una banca en la misma dirección que él y sacó un pequeño libro y comenzó a leerlo.
—Marco... Marco... ¡Marco! —El mencionado se sobresaltó al llamado y miró a su compañero. Ahora todos lo miraban con una sonrisa en su rostro.
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Antología: Historias extras [Los traidores #1.5]
VampireEsta antología del libro «Príncipe de sangre », consta de historias cortas sobre algunos personajes de la novela principal. Información de las especies y de los personajes. Pensamientos de la autora. El como se conocieron Abby y Marco, cómo fue la v...