". . . . ¿EN TÚ BÚSQUEDA? . . . ."

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     A pasado una semana desde el baile, donde todo el reino se alertó con la ausencia de la princesa Sofía, donde la última vez que la vi, su rostro denotaba una gran tristeza y ahora nadie sabe de ella, me imagino perfectamente sus razones por las que se fue de Encantia.

     En estos 7 días, las búsquedas han sido implacables, ya no solo por la primera desertora de la corona "Amber", si no también por mi futura esposa y reina Sofía, solo me queda ir de incógnito con Amber, para saber si ella sabe algo de su amada hermana.

. . . Al encontrar a Amber. . .

     Pero al llegar y preguntarle por Sofía. . . en esta visita solo me quedo con el trago amargo del dolor emocional, siempre sus respuestas fueron arrogantes e hirientes. -Vete Hugo, no quiero que nadie sepa dónde estoy, además sí Sofía no se ha comunicado, pues (el silencio y su mirada de incomodidad) bueno tú sabes no - solo me hizo recordar la última charla que tuve con Sofía.

     Que me dijera la verdad de por qué no aceptaba regresar conmigo, no me dio el nombre de aquel que ha cautivado su dulce corazón, pero verla entristecer al enterarse de la noticia, me dolió más.

     Se bien que no me debería de preocupar y yo sé muy bien, (siento como se me rompe el corazón al pensar esto) que nunca me pertenecerá, con buenos sentimientos me tendré que quedar de nuestra relación.

     Hugo se detiene con la mirada perdida en el cielo antes de subirse a su caballo volador.

En otra parte, en un reino preocupado por la extraña desaparición de una encantadora princesa a la cual todos aman.

     Un rey, que sentado en su trono con miradas de coraje y gritos de furia, exige a su hechicero, que encuentre a sus amadas hijas. - ¡¡¡Cedric!!!, cómo es posible que mi mejor hechicero no pueda encontrar a ninguna de mis hijas- el mago se mantenía con la mirada baja, mientras respondía -Mi señor, la joven Amber tiene una pulsera que mantiene su presencia lejos de cualquier tipo de magia y persona que ella decida que no debe encontrarla- el rey le hizo un gesto de desagrado, mientras con voz fuerte le interrumpía -pero. . . ¿y Sofía?, Qué acaso también tiene algún tipo de amuleto o conjuro que la borré de tu clarividente hechicería- Cedric solo tensó la mandíbula, tragó saliva y contesto -mi "clarividente hechicería", no tiene fallos, pero la presencia de la joven princesa no se encuentra en este plano dimensional, es como si no existiera-.

     El rey se levantó, con paso firme se acercó al hechicero y le comento casi inaudible, -creo que tendré que buscar a alguien superior a ti para poder encontrar aunque sea a una sola de mis hijas- Cedric solo se mantuvo en reverencia hasta que su majestad saliera de la sala real, quedando solo.

     Su rostro, era inmutable se levantó y a paso lento se fue a su torre. Cuando subía por las escaleras se topó con la reina Miranda, de pie al filo de la puerta para entrar a su taller.

     -Sé muy bien, que mi hija, está aquí contigo- Cedric, seguía con su coraje, así que su rostro inmutable no logro delatarlo. -Porque la sigues escondiendo, acaso no le temes a tu rey- Cedric seguía inmutable, se limitó a alzar una ceja, mientras pasaba de largo a su majestad y con una reverencia la hizo pasar a su taller de hechicería.

     Al entrar su majestad, se notaba curiosa observando a todos lados buscando algún indicio de que su amada hija se encuentre, sin en cambio su rostro entristeció al notar su ausencia.

     -Miranda- le hablo con cierto toque de confianza e irrespetuosa manera -miedo es poco lo que tengo, el rey si así lo quiere eliminaría rastro de usted o cualquiera, desde el día en que los hechiceros se levantaron contra cada uno de sus reyes. Nuestro querido rey Roland, no se fía de nadie y mucho menos de sus allegados. - Miranda solo agacho la mirada y le pregunto por última vez - ¿está o no, mi hija contigo? - Cedric la miro de nuevo y con un rostro de superioridad, le digo - aunque estuviera aquí, por qué le diría a usted que traiciono su confianza, al opacar sus deseos de libertad. Además si ella no quiere ser encontrada, debería usted como su madre y no como su reina estar apoyando la felicidad de Sofía - Solo se notó como la perfecta cara de realeza de Miranda, cambiaba a una de coraje y con lágrimas en sus ojos le reclamo a Cedric, -Tú no sabes nada, si soy su madre y siempre la apoyare en todo lo que este a mi alcance, pero cuando tome este peso sobre mi cabeza, también decidí que debo tomar las cosas como son y comportarme como tal.-

     Cedric en puño su mano y acorralo a su majestad contra la pared más cercana, mirándola fijamente con una desilusión -si querías saber ¿si está bien?, ella lo está, pero ella decidió su libertad y hasta que ella no lo decida, nunca podrá regresar aquí a nuestro plano aun que nos duela a ambos - Miranda quedo atónita ante tal afirmación del hechicero - tú eres, a quien ella siempre amo ¿no es así? - Cedric se limitó a dejarla en paz, Miranda estaba llorando y todo parecía estar tranquilo, hasta que los sorprende un joven que está más que sorprendido, con lo poco que escucho al tratar de consultar a un hechicero, sobre su prometida.







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"Entre tus ojos mágicos" Fanfic-CedFiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora