La historia transcurre en la ahora joven adulta Sofía y con Cedric ahora un mago maduro y deseoso de enmendar sus errores. Es un Fanfic-CedFia y por lo mismo no será muy largo, solo me queda decirles espero les guste.
Los personajes (La princesita S...
-No es mi intención molestarte con mi poca valía, pero la razón mayor de que estoy aclarando la cituación es . . . que me disgusta ver qué otro te consuele, te haga sonreír y que este se te acerqué tanto-
😶 Continuamos:
Me levanté sutilmente de la silla, me acerqué a él, mientras seguía viendo a otro lado y tomando su rostro, para darle un dulce beso en la frente. El, al sentir mi tacto, me volteo a ver con esperanza, pero su rostro cambio abrupta-mente, al ver mi rostro que se llenaba de lágrimas. Cuando intento decir o hacer algún tipo de acto para consolarme, lo detiene mi voz: -por favor . . . llévame a mi recámara, luego hablaré contigo, ahora necesito tomar mis deberes reales seriamente- Cédric, bajo la mirada mientras tomaba mi mano y con un movimiento sutil de su varita, nos transporto a mi habitación.
Yo no quería soltar su mano, pero en eso escuchó a mi madre tocar la puerta -Sofia, ¿estás lista?- y empezando abrir sin esperar mi respuesta. Lo único que se me ocurrió con la adrenalina del momento, darle un beso intrépido en sus labios y pedirle que se haga invisible, mientras se iba mi madre. El solo movió su varita y desapareció.
-Querida, ¿ya estás lista para la fiesta?- mi madre termina la frase mientras entraba observa mi aspecto. -Pero que pasa aquí, por qué no te has arreglado, ya no tardan los invitados- mi madre me toma del brazo y comienza a desvestirme para ayudarme a limpiar mi cuerpo cansado y sudoroso. -Madre, no te preocupes yo puedo sola- lo decía por qué no sabía si realmente se había ido o solo estaba ahí en silencio.
-Claro que no puedes, tu práctica terminó hace mucho, Hugo está esperando y tú no estás presentable- no pude sentir un escalofrío al escuchar sobre Hugo, ya que antes de toparme con Cédric, Hugo me contó algo que me disgusta mucho sobre ser parte de la mesa real y las exigentes obligaciones. -Madre . . . - tenía miedo a preguntar -que pasa terroncito de azúcar- ya no me interesa si Cédric mira mi cuerpo mientras lo limpian y visten - es cierto lo que me dijo Hugo- mi madre se tensó un momento pero continuo su labor -pues, dime qué te dijo y te diré si es cierto, por qué de otro modo no entiendo a que te refieres- mi madre es demasiado lista y miedosa para decirme las cosas que no me agradan -es cierto que me están comprometiendo con Hugo y qué lo quieren hacer público hoy- sentía que una mirada penetrante recorría mi ser, sentía que sus mágicos ojos seguían aquí. -Querida . . . yo. .- no pude evitar alejarme de mi madre con cierta brusquedad y voltear a mirarla con enojo. - Me prometiste que me dejarías escoger al hombre que amo y que me ayudarías a evitar que papá me empareje con alguien al que no amo- mi madre solo se limitó a reverenciar en modo de disculpa, para luego salir de mi habitación sin decirme nada.
Me quedé de pie, observando la puerta, sentía tanta impotencia.
Mi llanto no tardó en mostrar mi vulnerabilidad y mi decadente vida real. -entonces . . . ¿piensas tomarte en serio tus deberes reales?- Sentía que esa pregunta solo era crueldad pura -acaso tomarás tus sentimientos y harás lo correcto o simplemente no soy el único cobarde aquí- sus palabras me dolían eran agujas clavándose en mi alma -bueno me retiro princesa- al escuchar eso me volteo para verlo con la cara empapada de lágrimas -No quiero perderte- esas fueron las únicas palabras que alcance a decirle con la fuerza que me quedaba.
La presión que cae sobre mí me tumbo, simplemente trate de alcanzar a Cédric, pero cada paso era más pesado hasta el punto de desplomarme y perder noción de mi.
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