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Jimin lleva a Hoseok hasta su casa por supuesto y las ganas de llevarlo a su cama también le sobran.

O de básicamente tomarlo en cualquier lugar.

Su aroma está por enloquecerlo realmente. Es una mezcla tan extraña de olores que Jimin necesita varias horas con la nariz metida justo debajo de la oreja de Hoseok para saciarse con ellos luego de reconocerlos.

Pero no puede hacer eso ahora ya que hay dos enormes guardias que los están vigilando y Jimin comienza a preguntarse con impaciencia cuando se irán.

Estos le están diciendo todas las cosas que no le puede hacer a Hoseok y todas las cosas a las que se expone si las hace.

Para Jimin es solo "bla, bla, bla" y más "bla, bla, bla"

Simplemente se muere por tocar las mejillas del lindo omega que aún no han dejado de estar rojas desde que llegaron hasta aquí. Deben ser tan cálidas. Tan suaves. Se ven tentadoras.

Jimin solo quiere pegar sus labios sobre ellas y no volver a sentir alguna otra textura jamás.

Quiere enterrar su rostro en el cuello bronceado y olerlo hasta que sea el único aroma que pueda conocer en el mundo entero.

Quiere morderlo, marcarlo como suyo, disfrutarlo y hacerle muchos cachorros bebés.

Quiere terminar y comenzar de nuevo.

"¿Nos ha entendido Sr Park?" alguien lo quita de sus pensamientos con la molesta pregunta.

Jimin lo mira y sonríe de esa forma tan inocente que le suele salir a pesar de que todo el mundo sabe que él es el diablo en persona.

"Sí, sí, claro que sí" asegura dulcemente.

"El olor de su excitación no dice lo mismo" dice el otro guardia.

"Bueno, deberán creer en mi palabra ¿o no?" pregunta sonriendo.

"De hecho" uno de ellos murmura sonriendo también "Tendremos que hacerlo porque usted es quien perderá todo si este omega es lastimado, abusado o tan siquiera tocado en un solo pelo sin su consentimiento"

Jimin mira a Hoseok que no ha levantado el rostro desde que se sentó en el sofá y no había pensado en eso que este amable hombre acaba de señalar.

"¿Quiere decir que si logro que él quiera...?" pregunta sin terminar la cuestión.

"No, él ya tiene dueño" uno de ellos responde y Jimin no se pierde el estremecimiento del omega ante la respuesta.

Jimin rueda los ojos y los echa de su casa.

Vuelve a su sala y allí está Hoseok, sentado en su sofá favorito. Ese sofá tiene tantas historias que contar. Tantos Omegas sollozando de placer, tantos orgasmos compartidos, tantas cosas vistas.

Y ahora...una de las personas más puras que Jimin ha tenido el privilegio de conocer está sentado en ella.

Es toda una ironía.

Jimin ni siquiera sabe muy bien cómo empezar.

Así que empieza con un simple "Hey"

Hoseok levanta la cara por fin. Es una cara preciosa, absolutamente, tan joven y pura, la piel luciendo tan suave y tersa. Su pequeña y perfecta nariz. Sus altos pómulos. Sus mejillas sonrojadas. Sus jodidos labios fruncidos en un lindo triángulo a pesar de su forma acorazonada. Jimin tiene tantas ganas de probarlo todo.

"Hola" responde el chico y su voz...su voz no hace juego con su inocencia. Es rasposa. Grave pero al mismo tiempo es suave.

Debe ser así como suena el chocolate de tener sonido. Delicioso. Irresistible. Orgásmico.

Mientras con esa voz los ángeles te reciben en el cielo, seguramente los gemidos que pueden salir de su boca deben ser lo que se escucha en las puertas del infierno.

Un infierno que Jimin se muere por pisar.

"Yo soy Jimin" dice y solo cuando se escucha a sí mismo decirlo se da cuenta de lo estúpido que sonó. Hoseok ya debe saber que es Jimin.

Hoseok suspira y dice justamente "Lo sé"

Hoseok es un par de meses más viejo que él pero Jimin aun piensa que es demasiado joven para suspirar así.

Quizás los únicos suspiros que deberían salir de sus labios son los de amor.

Pero...ninguno de ellos conoce el amor. Su naturaleza se los impide.

"Tú eres lindo" murmura mientras se acerca más, con su mano extendiéndose hacia el rostro sonrojado casi sin querer.

Hoseok no se aparta, pero dice "Si pones un dedo encima de mí, en Gwangju te matarán"

Jimin sonríe. Hoseok es un Omega poco común, pero sigue siendo un Omega después de todo.

"Podría importarme nada morir si lo hago después de tocarte"

Hoseok se sonroja un poco más y Jimin se pregunta si sus mejillas podrían llegar a explotar si sigue con los halagos. No es que le importaría. Jimin tiene mucho que decir del muchacho sentado en su sofá y todas son cosas buenas. Algunas quizás un poco sucias. Pero pueden convertirse en buenas si Hoseok coopera.

Pero Hoseok no parece querer cooperar desde el principio porque de pie y dándole la espalda a Jimin murmura "Estamos aquí para algo ¿no? ¿Podemos hacerlo ya?"

Jimin sabe que están aquí para algo, pero empezar ya, no parece una buena idea. No sabe muy bien qué es lo que Hoseok espera tampoco.

"¿A qué te refieres?" pregunta entonces.

"No tengo idea" Hoseok dice con la voz algo quebrada volteando hacia él casi desesperado. "No tengo idea de lo que soy, no sé qué es ser un omega, no sé que son los alfas, no sé porque se supone que hay alguien que me espera, que es mi dueño, que yo le pertenezco...y no puedo embazarme...¡soy un hombre!" termina exclamando.

Entonces comienza a llorar y Jimin, como todo alfa que ve a un omega débil siente ganas de protegerlo así que da dos pasos para entrar a su espacio, abre los brazos y abraza a Hoseok, rodeando su estrecha cadera hasta abrir la palma de su mano en la espalda y coloca otra mano en su cuello, creando círculos tranquilizadores con los dedos en la nuca del omega.

El muchacho mayor se resiste como por dos segundos pero finalmente se apoya en él, inclinándose contra Jimin y escondiendo su rostro en el cuello de este, mojando su piel con lágrimas gruesas. A Jimin no le importa.

Hoseok no tiene idea de lo que es ser un omega y aun así, es el más perfecto de todos los que Jimin ha conocido jamás.

Y de todo lo que ha dicho, lo único que resuena en su cabeza es que Hoseok sí puede embarazarse y que Jimin amaría con la vida a todos los cachorros que salieran de su vientre. 

Lindo omega, Jihope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora