capíтυlo 5

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[N/A: por fin me digno a actualizar, la clase de historia está aburrida.]

Su nariz húmeda y rojiza, con sus ojos hinchados por el mal dormir de la noche anterior, luciendo más como un bulto sospechoso oculto entre las mantas cálidas que cada tanto le incomodaban y cambiaba de posición de nuevo y de nuevo.
El timbre sonó y sabiendo quien era soltó un quejido alto con su garganta ronca y nariz tapada por la mucosidad, oyó la puerta de entrada ser abierta y la dulce voz de su madre soltar un chillido feliz, sabía que estaba abrazando al "invitado", sólo reina el silencio, hablan tan bajo que no llega a oírlos desde su habitación.

Su puerta rechina y un rayo de luz molesta en la mitad de su rostro, se remueve ocultandose lo más posible.

—Hola, Boo.— Un susurro preocupado le llama y sintió una parte de la cama, a su lado, hundirse lentamente con una mano delicada posicionada en su cabello revuelto y algo húmedo por el sudor, con cuidado los cabellos fueron quitados de su frente y abrió sus ojos lentamente encontrandose con una sonrisa que podría haber comparado con un ángel.

—Hola, Chwe...— Salió de sus labios resecos con voz ronca con un puchero leve ante el dolor que se situaba en su cabeza.

Boo se levantó con cuidado pero una mano en su pecho le tiró hacía atrás nuevamente, oyó el gruñido amenazante del mayor y soltó un suspiro, conocía a Vernon, se pondría extremadamente sobreprotector por un tonto resfriado.

—¿Ahora eres un molesto enfermero? —Se quejó con un puchero y soltó un gritito molesto cuando el ajeno le cubrió el rostro con la manta.

—Callate, amargado, encima que te traigo tus medicinas te pones a tratarme mal.— Suspiró y sacó una botella de agua junto a una pequeña pastilla mientras que ayudó al enfermo a sentarse un poco para que tome la pastilla.

Con un puchero a mala gana se quedó callado y tomó la pastilla junto al agua sin despegar su mirada del contrario, no le molestaba del todo su presencia y no era la primera vez que entraba a su cuarto, él solía invitarse solo desde que eran niños y sus padres llegaron nuevos al vecindario, pero Seungkwan siempre permaneció alejado y malhumorado ante la presencia ajena en su vida, quizás era por ese sentimiento que le molestaba cada vez que se encontraba a su lado.

Mejillas rojas, estomago revuelto, corazón acelerado y nerviosismo. Hansol siempre fue para él un niño tonto, para nada preocupado por sus clases, de fiesta cada fin de semana, muchos amigos y con una buena personalidad, quizás Boo sentía algo de envidia ya que él era todo lo contrario y Chwe se encargaba de recordárselo.
"Eres un aburrido, Boo"
Pues, tú eres un tonto, Chwe. Un tonto que me hace sentir cosas tontas.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2018 ⏰

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perғecт. -verĸwan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora