F l a s h b a c k I

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Buenos Aires, Argentina

Rompiendo un poco la rutina, Bárbara pasó gran parte del día acostada en la cama de la habitación compartida con su pareja. Revisando su instagram personal decidió subir una selfie tal y como estaba esa mañana. Sin los kilos de maquillaje que normalmente usaba a pesar de su corta edad, en cuestión de minutos las notificaciones de aquel post llegaron en su pantalla. Pero uno en especial le robó una sonrisa.

A santiromero le ha gustado tu publicación

Sonriente, se levantó de la cama y caminó directo a las gavetas donde se encontraba su ropa. Entró en un jean y un par de zapatos para dirigirse al mercado más cercano para preparar el almuerzo.

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Justo terminando de servir el espagueti Santiago apareció en la cocina, tenía su rostro serio como de costumbre, sin saludar solo se acercó a sentarse en el comedor.

"¿Cómo te fue hoy?" Preguntó barbie besando su mejilla. Santiago la apartó con una mueca de desagrado.

"Déjame en paz" ordenó y tomó jugo. Ella se sentó para comer, sonrió internamente al sentir el sabor de la pasta en su boca. Miró a Santiago, quien tiró el plato de la mesa. "Esto es imposible, Bárbara, ¡¿No sabes hacer ni una maldita pasta?!" Se levantó rápidamente tirando la silla detrás de él, Bárbara se levantó lentamente mirándolo con cierta pizca de miedo.

"Santi, cálmate" habló rápidamente mientras lo miraba acercarse a ella, tal como un león listo para atacar a su presa. "Puedo hacerte otra cosa, ¿si? Ve a la habitación y yo te preparo algo más" un quejido escapó de sus labios al sentir sus manos tirando de su cabellera negra. "Por favor" musitó tratando de apartarlo. Sollozó al sentir la mano de su pareja impactar contra su mejilla.

"¡Sos una inservible, maldita sea!" Gritó fuertemente cerca de su rostro "ahora entiendo porque no te quieren ni en tu maldita casa, joder" sin soltar el agarre en su cabellera, la arrastró hacia el baño de la habitación.

"¡No, Santiago, suéltame!" Sollozó sabiendo que esperaba otro sermón de lo inútil que era para Santiago y su físico. Ya podía sentir los golpes que lo acompañarían.

"¡Cállate!" Gritó empujándola hacia el espejo encima del lavamanos, se posicionó justo detrás de ella y tiró con más fuerza de su cabellera negra para mirar su reflejo en el espejo. "¿Vos quién te crees que sos ah?" Susurró en su oído apegándose más a su cuerpo "sólo mírate, estás muy lejos de ser lo que querés aparentar a tu familia y tú estúpida foto en instagram. No sos nadie, mírate" la tomo del mentón logrando no apartar su vista del reflejo de ambos "sólo mírate, 18 años y ¿cuántas cirugías? Cariño ¿cuatro?" Rió burlonamente "pero eso jamás te quitará lo maldita inservible que sos ahora ah y ni siquiera pensés en un hijo, los genes no se operan, idiota" negó levemente "no sos más que una zorra insegura, ¿y qué te crees estando por ahí sin todo el maquillaje que logra que te vea atractiva ¿Ah? ¡Ándate que no sos ni linda sin él!" La empujó hacia su caja de cosméticos.

"Santiago" sollozó tratando de salir de su agarre, incluso más que los golpes, dolían sus palabras sin piedad hacia ella. Santi subió sus manos dentro de su blusa, acariciando su cuerpo.

"¿Sabes qué? Primero me darás mi sexo y después arreglas esa cara de momia" mordió su cuello llevándola a rastras hacia la cama.

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"Lárgate" la empujó luego de haber terminado satisfecho de haber tenido sexo tres veces luego de esa pelea. Bajó a Bar de su regazo y se acostó dándole la espalda. Mientras ella trataba de aguantar las lágrimas gracias al dolor en todo su cuerpo, especialmente el de su rostro.

Caminó lentamente hacia el baño, después de cerrar la puerta las lágrimas deslizaban por sí solas. Se miró en el gran espejo que tanto odiaba.

No era tan malo, ¿no?.

I n s t a g r a m  || Sergi Roberto ||Where stories live. Discover now