P a r k

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La hermana menor del 10 argentino, se encontraba en el auto del catalán Sergi Roberto con camino al parque favorito de ella. Ambos regresaban de la clínica donde atendían a Bárbara por su embarazo, ambos regresaron sonrientes por las imágenes y vídeos de la nueva Messi.

Aunque resultó algo ridículo como Sergi había terminado llevando a Barbie, él se ofrecía con gusto, pues la pelinegra le resultaba realmente atractiva y mucho más con su abultado vientre asomándose de poco a poco.
Aunque quizás ella nunca se fijase en él por tener el recuerdo de su ex pareja aún fresco en su memoria, Sergi siempre fantaseaba con tener una familia. Una hermosa mujer y un pequeño o pequeña corriendo de un lado a otro por su casa.

Sonriendo ante tal pensamiento, extendió una sábana en el césped de aquel parque, colocó dos cojines para sentarse ambos y la comida china que había comprado antes.

"Deja, te ayudo" tomó ambas manos de la chica y la ayudó a sentarse en el cojín. Seguido tomó asiento.

"Gracias, Sergi" sonrió acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja. "Gracias por todo lo que hiciste por mí hoy, no sé cómo agradecértelo".

"Tranquila" sonrió vertiendo el jugo de naranja en un vaso de plástico "no hay nada que agradecer".

"Claro que si, maldito Leo que tuvo dolor justo hoy"  tomó el vaso y tomó un sorbo. "Gracias" musitó nuevamente sonriendo. Sergi sonrió.

"De nada, Barbie" sonrió mirándola, todo de ella llamaba su atención. Desde su cabello hasta las pecas que adornaban sus mejillas sin maquillaje.

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La puesta de sol era el centro de atención de ambos chicos. Era una hermosa mezcla de colores adornando el cielo, entre celeste y un rosado tierno. Sergi miró a Barbie, quien acariciaba su vientre.
Tomó una bocanada de aire y se aseguró de tener valor.

"¿Lo extrañas?" Preguntó mirándola. Bar quitó su mirada del cielo para mirarlo.

"¿A quién?".

"Ya sabes" carraspeó un tanto arrepentido por aquella pregunta "Santiago".

"Ah" asintió levemente volviendo su vista a la puesta de sol "Santiago".

Un silencio incómodo invadía el área, Sergi la miraba esperando una respuesta, más no la obtenía de su parte. Bárbara miraba fijamente el rosa que adornaba el cielo. Minutos después, con una respiración lo miró.

"No" negó levemente.

"¿No?" Frunció el ceño "¿No... no extrañas a tu ex?" Murmuró, sinceramente esperaba otra respuesta de su parte aunque ésta terminase todas sus esperanzas acerca de una futura relación.

"Santi no era quien todos creen" susurró repartiendo caricias en su vientre mientras miraba el cielo "él nunca sería buen padre".

"No te entiendo" a medida de sus palabras, él más confundido se sentía, su manera de pensar era diferente a la de ella en ese momento.

"Santiago..." cerró los ojos por unos segundos y tomó una bocanada de aire "nadie sabe de esto excepto los vecinos del apartamento" lo miró "él era muy celoso, posesivo, hasta cierto punto compulsivo" volvió su vista al cielo "puedes llamarme una hija de puta, pero siento paz de al fin liberarme de alguien como él".

Asintió levemente, tratando de comprender "¿él te trataba mal?" Preguntó con curiosidad. Sigue por ahí y te mandarán directo a la mierda pensó.

Bar asintió "realmente mal, yo... yo no podía hacer absolutamente nada sin tenerlo vigilándome" aclaró su garganta sintiendo un nudo en ella, limpió las lágrimas en ella "me fui con él porque estaba molesta con mi familia, por haberme enviado a ese internado en México" tomó una toallita de su bolso "era muy violento cuando no tenía las cosas listas, cuando no estaba ordenado, o cuando no lo obedecía" explicó limpiando su rostro "lo soporté por idiota, por mi orgullo al querer demostrarle a mi familia que podía salir adelante sin ellos... nunca les hablé de esto y no lo saben".

"Ven aquí" la envolvió con sus brazos en un abrazo significativo. Ahora conocía la verdadera historia y aunque sentía tristeza por ella, estaba convencido de conquistarle.

I n s t a g r a m  || Sergi Roberto ||Where stories live. Discover now